La Venganza del General Cuevas - Comedia Moralista

Los universales del infierno son estos tres amores; el amor de dominio fundado en el amor propio, el amor de posesión de los bienes ajenos fundamentado en el amor al mundo y el amor adúltero. Los universales del cielo opuestos a éstos son los tres amores siguientes; el amor de dominio fundado en el amor de uso, el amor de poseer bienes mundanos fundamentado en el amor de servir al mundo con ellos, y el amor verdaderamente conyugal.


Emanuel Swedenborg


La Venganza del General Cuevas
Introducción

Escribí la trama de “La Venganza del General Cuevas” durante un taller de dramaturgia con Mauricio Kartún en 2007 en el Festival de Arte de Cali, organizado por el director de teatro de La Esquina Latina el Doctor Orlando Cajamarca. Tras su lectura los casi 40 compañeros de aquel taller, todos destacados dramaturgos y guionistas de televisión y cine de Colombia permanecieron en un reverente silencio; Kartún elogió el texto a lo largo del taller, anunciando a los presentes que estaban ante gran obra irreverente del teatro colombiano. 

La trama es tan compleja como casual: El general Eustaquio Cuevas desea ascender al ministerio de guerra en Colombia en los 1950s, y para ello cultiva la apariencia de una familia perfecta, con Cecilia, una esposa devota y Luis, un hijo obediente. Pero Cecilia es una mujer que lo recrimina constantemente por su idilio con Ana, quien a su vez le exige que se divorcie y se case con ella. Luis, por otra parte es un personaje rebelde pero obediente, lo que lo hace débil a los ojos de su padre.

El General se ve envuelto en una trama de corrupción, por lo que obliga a Luis a que firme varios documentos. El escándalo sale a la luz pública y Luis es el único señalado por la justicia, lo que lo sume en una honda depresión. Sólo Gaby, esposa de Luis, tiene el talante para confrontar  al General, recriminándole por manipular a los suyos para su único beneficio. 

El General es paciente de Irma, una psicóloga con nexos diplomáticos, quien lo diagnostica que el sadomasoquismo es el mejor remedio para sus conflictos; al objetivarse ante una desconocida como ella, el General sublima sus pasiones, purgándolas a través de la catarsis de su abuso de poder y su mentiras.

El General descubre que Cecilia tiene un idilio secreto con uno de sus cabos, Narciso Mendoza, a quien el General encargara de hacer una reforma en su casa de campo. Aquella es la oportunidad que esperaba el General para divorciase y casarse con Ana, sin que su hoja de vida se vea afectada para su ascenso como ministro.

El desenlace es tan inesperado como brutal para el General y sus oscuros designios de venganza.  




Personajes


General Eustaquio Cuevas


Cecilia, esposa del General


Ana, amante del General


Luis Cuevas, hijo del General


Gaby, nuera del General


Narciso Mendoza, cabo al servicio del General


Irma, psicóloga del General


Hugo Noël



Presentación


HUGO NOËL

El fortalecimiento de las fuerzas armadas durante la guerra civil que azotaba a Colombia durante los 2000s, me cohibió de ofender la sensibilidad castrense con la publicación de esta obra por 20 años. Este teatrexto retrata la mentalidad patriarcal y machista que en aquel entonces dominaba la política colombiana; que un hombre se acueste con una mujer no es, aún hoy en día, considerado un acoso sexual, sino una oportunidad de placer que debe exprimirse como una media naranja, para emplear el verso de Baudelaire; que dicha oportunidad acarree peligro la hace más apetecible. Al menos, eso predica el discurso de quienes la teoría feminista llama los machos alfa.

El propósito de esta obra, hoy finalmente publicada tras un intento de escenificación, misteriosamente boicoteado en 2019, es enseñar a la audiencia como quienes ostentan el poder se aprovechan de los prejuicios morales de la mayoría para que este o aquel actúen como fichas a su servicio, llegando al extremo de sacrificar sus vidas por un ideal moral. Crítica social que desentraña los mecanismos de poder, y manipulación que operan en un entorno político y social encubierto por la cultura, la corrupción y los prejuicios patrióticos

.

                                   ACTO I

                                   ESCENA 1

                    Cena en la casa de los Cuevas 


EUSTAQUIO

                          (A Cecilia)

     ¿Te entregaron el dinero que te envié́ con el cabo,

     querida?


CECILIA 

                (Con sarcasmo)

Lo recibí́, mi amor. Tuve que ir al mercado a 

comprar la comida para la cena, porque tú 

te estabas refocilando con tu amante. 


EUSTAQUIO

     ¿Perdiste la cabeza?


CECILIA 

                 (Con desdén)

      No te hagas el listo, Eustaquio. Todos ya 

     sabemos que tienes una moza que quiere 

     que la embaraces. 


EUSTAQUIO

                (Con irritación)

     Eso es una calumnia. 


CECILIA 

                (Con ironiza)

     ¿Calumnia? ¿Y qué hay de la vez que te vi con Ana en

     el parque?


EUSTAQUIO

                 (Con firmeza)

     Cecilia, por favor, no sigas con esto. 


CECILIA

                 (Con desesperación)

     No voy a parar hasta que me confieses la verdad. 


LUIS

     ¿Qué ocurre?


CECILIA 

                 (A Luis)

     Nada, hijo. Tu padre y yo estamos discutiendo 

    como siempre. 


LUIS

                 (Con determinación, entrando a la sala)

 ¿Y por qué́ discuten?


CECILIA 

                 (Con tristeza)

     Porque pronto tendrás medio hermanitos con 

     quien compartir tu herencia. 


LUIS

     ¿Qué? 


EUSTAQUIO: 

                 (Con asombro)

Tu madre será remitida a un siquiatra, hijo. De sus 

problemas mentales se encarga su marido.


LUIS

                 (A Eustaquio)

       Pero es cierto, padre. 


EUSTAQUIO

                 (Con ira) 

     ¿Y tú́ qué sabes?


LUIS

                 (Con desafío)

     Me dijeron que eras un hombre corrupto indigno 

     de ser mi padre. 


EUSTAQUIO

                 (Con odio) 

     ¡Insolente!


CECILIA

                 (A Eustaquio, con resignación) 

     Escúchanos, Eustaquio. Si no cambias te van a jubilar. 


EUSTAQUIO

                ¡Es mi vida!


                    Eustaquio y Cecilia le dan la espalda a Luis.


LUIS

                 (Horrorizado)

     ¿Por qué me dan la espalda? ¡Contéstenme! 

    ¿Es esta mi pesadilla de nuevo?  ¿Por qué me lo 

     ocultan? En mi otro sueño estoy en medio de un 

     campo de batalla. Soldados muertos y heridos me 

     rodean. El cielo está oscuro y lleno de nubes 

     negras. ¡Soy un soldado, y lucho por vivir!


         Cecilia permanece inmóvil observando la pesadilla.


GENERAL CUEVAS

     ¡Luis! ¡Soldado! ¿Por qué no estás combatiendo 

     al enemigo?


LUIS

(Alarmado y confundido) 

     ¡Padre! La guerra no tiene sentido, ¡somos 

     nosotros contra nosotros mismos! ¡Es una locura!


GENERAL CUEVAS

                  (Con rabia creciente) 

     ¡No toleraré insubordinación en mis filas, hijo! 

     ¡Ataca ahora mismo o enfrenta las consecuencias!


LUIS

                  (Con firmeza) 

     No puedo hacerlo. No pelearé en esta guerra insensata. 

     No puedo seguir este camino de destrucción y muerte.  

     ¡No quiero firmar esos papeles! ¡No quiero ser usado!


                    El General, furioso, levanta su arma y 

                    apunta hacia Luis. Un disparo resuena 

                    en la penumbra y Luis cae al suelo, herido

                    de muerte. Su rostro muestra horror y 

                    sorpresa mientras se desploma sobre 

                    el suelo frío del campo de batalla.


LUIS

                  (Reviviendo su horror) 

   ¡Mamá! ¡Mamá!


CECILIA

                 (Ofendida) 

     ¡Obedece a tu papá! 


LUIS

   ¡Nooo!


                    Apagón.

                                   ESCENA 2


                    Se escucha "Negra Consentida" de Daniel Santos.

                    Despacho con escritorio de anchos cajones,

                    recibidor perchero y mesita con teléfono clásico.

                    Sillas de cuero y banderas en las esquinas.


                    EL GENERAL EUSTAQUIO CUEVAS es un hombre

                    corpulento con un parche en el ojo izquierdo.


                    Recostado en su silla giratoria, conversa con

                    NARCISO, atractivo cabo de dieciocho años.


          NARCISO

               Estoy en deuda con usted General.


          GENERAL

               Sería una lástima que un soldado de sus habilidades

               fuera sacrificado en el frente de batalla.


          NARCISO

               Seré su más fiel servidor. Ordéneme lo que quiera. Le

               juro que yo lo haré.


          GENERAL

               ¿Lo que quiera?


                    Se oye de fondo la música de Vera, de Pink Floyd.


          NARCISO

               Si algo sale mal, yo asumo la culpa con honor. A

               diferencia de tanta gente, yo sí aprendí de mis padres

               a ser agradecido. Permítame que le cuente una anécdota.

               Usted habrá oído del secuestro del niño Nicolás.

               Ocurrió hace casi veintidós años. Mi padre, si usted no

               lo sabe, era un teniente al servicio del Coronel

               Mallorca. Ambos fueron los primeros en llegar a la finca

               en que tenían aprisionado bajo tierra al niño de seis

               años.  Los secuestradores se entregaron de rodillas al

               notar que los teníamos rodeados. Sólo entonces el

               Coronel se percató de que el niño Nicolás ya estaba

               muerto.


          GENERAL

               Su padre pagó una condena de quince años por ajusticiar

               a esos bandidos.


          NARCISO

               De doce, por buen comportamiento. El Coronel Mallorca

               fue eximido de toda culpa.


                    El General asiente satisfecho.


          GENERAL

               A partir de mañana usted, Cabo Narciso, será mi

               asistente personal.


          NARCISO

               ¡Cuánto le agradezco!


          GENERAL

               Comerá y en mi mesa y dormirá en los establos. Junto a

               Elías, mi conductor, usted se encargará de los mandados

               de mi hacienda.


                    Se escucha la canción "Music! Music!" de Teresa

                    Brewer.


                                                   LUCES CAMBIAN

                                   ESCENA 3


                    Se escucha Berlin 13 Trautonium de Hindemith.


                    Despacho de psicoanálisis. El General, con IRMA,

                    la psicóloga, de falda y anteojos con lápiz y bloc

                    de notas. Armario y biblioteca en los laterales.


          GENERAL

               Narciso había prestado servicio junto a la embajada en

               donde se quemaron los archivos que comprometían al

               Doctor Bustamante.


          IRMA

               El nuevo Presidente de la República está en deuda con

               usted, General.


          GENERAL

               No entiendo, entonces, a qué o a quién espera

               Bustamante para nombrarme su Ministro de Guerra.


          IRMA

               El Presidente no gobierna solo.


          GENERAL

               Vaya excusa.


          IRMA

               Debe responder a presiones externas.


          GENERAL

               ¿A quién debe convencer esta vez?


          IRMA

               ¿Lee usted los diarios?


          GENERAL

               Soy católico, y jamás contraeré segundas nupcias.


          IRMA

               Hoy publicaron, General, que hacia el mediodía el

               Presidente y el Cardenal discutirán sobre la

               conveniencia o inconveniencia de designar a un General

               célibe.


          GENERAL

               Divorciado.


          IRMA

               "Sin esposa", reza la columna literalmente.


          GENERAL

               Supervisados por prelados y escritores, como en la era

               de la inquisición. ¿Conoce un país peor para vivir que

               este?


          IRMA

               La URSS.


          GENERAL

               Mmm. Si acaso Leningrado.


          IRMA

               No me refiero el cerco de San Petersburgo. En la URSS

               reemplazaron al clero con un gendarme de apellido

               Beria, quien ya ha ejecutado a casi medio millón de

               ciudadanos


          GENERAL

               Los soviéticos se merecen nuestros aplausos. Han

               resistido la arremetida de Hitler.


          IRMA

               ¿Admira usted a Stalin?


          GENERAL

               ¡Qué importa a quién admire yo! Esos... Disculpe.


          IRMA

               Regrese al diván, General. Suspire profundamente y

               repita conmigo, estoy calmado...


          GENERAL

               Estoy calmado...


          IRMA

               Vivimos una era tensa, con espías.


          GENERAL

               Vivimos una era tensa, con espías...


          IRMA

               ¡Así se habla!


          GENERAL

               La culpable es mi ex.


          IRMA

               ¿Por qué lo dice?


          GENERAL

               Cierto día Cecilia amenazó con divorciarse.


          IRMA

               ¿A causa de...?


          GENERAL

               No tengo ni la menor idea.


          IRMA

               ¡Haga un esfuerzo, General!


          GENERAL

               Pero, ¿cómo se atreve a...?


          IRMA

               ¡General!


                    La psicóloga va a un armario y extrae un látigo.


          GENERAL

               ¡No! ¡Doctora Luz! ¡Eso no!


          IRMA

               ¡Tres azotes o terminamos la consulta!


          GENERAL

               ¡Soy un desobediente! ¡Sí! ¡Me lo merezco! ¡Dame, Luz!

               ¡Dame! ¡Soy un objeto! ¡Necesito que los demás me cosifiquen

               para no sentirme culpable! ¡Quiero que me traten tan mal

   como yo debo tratar mal a los demás! ¡Soy un cerdo que

   va al matadero!


                    El General solloza y se coloca en cuatro sobre el

                    tablado, en donde recibe un azote de la psicóloga.


          IRMA

               Acordamos que, durante mis terapias, quien manda soy

               yo.


          GENERAL

               ¡Perdón! ¡Quiero curarme! ¡No quiero volverme loco!


          IRMA

               ¿Quién soy?


                    Segundo azote.


          GENERAL

               ¡Una defensora de los derechos humanos! ¡Piedad! ¡No

               quiero sufrir! ¡Piedad! ¡El soldado más grosero! ¡El amante

    de mi mujer! ¡Soy un desdichado!


                    Tercer azote.


          GENERAL

               ¡Soy un demonio!


          IRMA

               ¡Basta!


                    El General y la psicóloga se componen y vuelven al

                    cuadro inicial.


          IRMA

               ¿Causa de la demanda de divorcio de su esposa?


          GENERAL

               Ya usted sabe que he tenido tres amantes, pero Cecilia

               ni tan siquiera lo sospecha.


                    Irma Luz se levanta y toma un libro de la

                    biblioteca, el cual entrega al General.


          GENERAL

               Del Amor entre Esposos.


          IRMA

               Abra una página al azar y lea.


                    El General obedece.


          GENERAL

               "Pero ellos se tornan estúpidos al fiarse de los

               engaños de los sentidos, que no son sino velos oscuros

               que esconden la verdad."


                    Irma le quita el libro y lo guarda de vuelta en su

                    biblioteca.


          IRMA

               ¿Qué le dice dicho texto?


          GENERAL

               ¿Que soy un estúpido por fiarme del sentido de la

               vista?


          IRMA

               Good boy!


          GENERAL

               La vista es infalible.


          IRMA

               No es lo que leyó.


          GENERAL

               Le pregunto, ¿es posible que usted tenga la certeza de

               un adulterio sin verlo con sus propios ojos?


          IRMA

               Hay indicios que nos revelan la verdad más allá de la

               vista, General.


          GENERAL

               ¿En serio?


          IRMA

               Un mensaje inadecuado, un extraño olor, una tardanza

               inexcusable...


          GENERAL

               Para eso se inventaron las excusas.


          IRMA

               Para menores de treinta años, tal vez, General.


          GENERAL

               En Colombia sólo valen las pruebas.


          IRMA

               ¿No cree que para una mujer madura la intuición va más

               allá de las excusas?


          GENERAL

               Ustedes los académicos, piensan que los demás somos

               menos listos, ¿verdad?


          IRMA

               Reconstruyamos los hechos desde el principio.


                                                  LUCES CAMBIAN.


                                   ESCENA 4


                    Se oye el leitmotiv de Narciso. Narciso,

                    uniformado, Rock Around the Clock-Bill de Haley

                    (1955). Narciso habla de un teléfono público bajo

                    la lluvia.


          NARCISO

               ¡No es una ascenso, mamá! ¡Pero podré comer hasta

               hartarme tres veces al día! ¡No, no voy a engordar!

               Cada tres meses nos hacen una prueba física, en la cual

               demostramos que soportamos un combate cuerpo a cuerpo.

               ¿Qué puede decirle el mayor al general? Por una

               borrachera no me van a... ¿Mamá?


                                                   LUCES CAMBIAN



                                   ESCENA 5


                    Consultorio de psicología. General, Irma.


          IRMA

               ¿Cuáles eran las habilidades de Narciso que usted tanto

               protegía?


          GENERAL

               Era el cabo más atractivo de toda la guarnición, lo que

               despertaba suspicacias entre sus superiores. No sólo lo

               salvé del frente, Doctora, sino del acoso que encaraba

               todos los días por parte de mayores y coroneles. ¿Me

               entiende?


          IRMA

               Fui educada en la era del lenguaje inclusivo, General.


          GENERAL

               Olvido que las mujeres ahora son tan conocedoras del

               mundo como nosotros.


          IRMA

               Volvamos al meollo del asunto, General. ¿Se podría

               decir que usted protegía la belleza de Narciso?


          GENERAL

               Si usted quiere ponerlo en esos términos, sí. Pero,

               como ya verá, mis preocupaciones eran otras.


          IRMA

               Tenía la edad de su hijo.


          GENERAL

               Acordamos....


          IRMA

               No mencionarlo, cierto. Pero, ¿quiere usted curarse de

               sus ataques de ansiedad?


          GENERAL

               Naturalmente.


          IRMA

               Un trauma es como una herida. Antes de aplicar la

               sanación es necesario conocer los antecedentes del

               ataque, para sí determinar qué tejidos y qué nervios

               han sido realmente afectados.


          GENERAL

               De acuerdo. Devolvámonos al año pasado.


          IRMA

               ¿Qué motivó su tragedia?


          GENERAL

               La culpable fue Gabriela.


          IRMA

               ¿Su nuera?


          GENERAL

               Acolitaba todas sus quejas y caprichos.


                                                   LUCES CAMBIAN

                                   ESCENA 6


                    Se escucha "Adoro" de Armando Manzanero. Despacho

                    del General. El General y ANA, muchacha delgada,

                    ataviada con joyas que campanean al andar, con un

                    documento en sus manos.


          ANA

               ¡Esa tal Gaby es una mala influencia sobre Cecilia! 


          GENERAL

               Quizás.


          ANA

                         (Riendo)

               No se imagina que tú y yo nos casaremos. Ni que

               tendremos un viaje de bodas a Londres y Edimburgo.

               ¿Cuándo podré anunciar la boda?


          GENERAL

               Un unos meses. Tan pronto Cecilia me conceda el

               divorcio.


          ANA

                         (Mimada)

               Ni siquiera se lo has solicitado, Zorro.


          GENERAL

               No he tenido la oportunidad.


          ANA

               ¿Qué estás esperando? ¿A que alguien le cuente de

               nuestro idilio y te arme un escándalo? ¡Me juraste hace

               un año que para hoy ya estaría firmado ese divorcio!

               ¿Hasta cuándo tendré que mentir sobre nuestra relación?


          GENERAL

               Te repito que...


          ANA

               ¡Esto es un calvario, Zorro! Mis padres están

               convencidos de que sólo quieres ayudarme a conseguir un

               trabajo como administradora en el batallón.


                    El General la abraza y toma su rostro entre sus

                    manos.


          GENERAL

               ¿Y no es cierto?


          ANA

               ¿Sabes lo que harían si se enteran que soy tu moza?


          GENERAL

               ¡Yo te amo, nena!


          ANA

               No me importa que coquetees a otras mujeres, Zorro,

               pero no quiero ser uno de tus grandes amores, quiero

               ser tu único amor.


          GENERAL

               ¡Lo eres!


          ANA

               ¡Estoy harta de que me vean entrar y salir de esta

               oficina mientras que tú te pavoneas por todas las

               fiestas del batallón con Cecilia!


          GENERAL

                         (Riendo)

               ¡Es mi esposa!


          ANA

               ¿Así que te ríes de mí, Zorro?


          GENERAL

               Tengo una reunión con los coroneles del batallón en

               diez minutos. No tengo tiempo para que discutamos,

               nena.


          ANA

               Nunca tienes tiempo para mí, pero soy yo quien

               sacrifica sus mejores años por ti, Zorro. ¿Y qué me has

               dado?


          GENERAL

               El próximo año te escrituraré una casa.


          ANA

               ¿Hasta el otro año? ¡Esto se acabó! ¡Me voy a ver con

               mi ex novio hoy mismo!


                    El General se arrodilla ceremoniosamente, sin

                    llanto.


          GENERAL

               ¡Perdóname! Te juro que no fue mi intención.


          ANA

               ¡No me jures nada!


                    Ana rompe el papel en pedazos y sale. Ruido de

                    puerta que se cierra estrepitosamente.


                                                   LUCES CAMBIAN

                                   ESCENA 7


                    Se escucha "Adoro" de Armando Manzanero. El

                    General se levanta, golpea su mano derecha contra

                    su palma izquierda y, tras un instante de duda,

                    extrae su revólver y apunta hacia fuera del

                    escenario. 


                    Suspira. Se sienta y extrae los cartuchos de su

                    arma. Rueda el tambor y se dispara a la cabeza.

                    Sonido de clic.


                    Suena el teléfono. El General contesta y sin

                    levantarse observa la escena siguiente en

                    silencio, sin soltar el auricular.


                                                   LUCES CAMBIAN

                                   ESCENA 8


                    Se oye A Whiter Shade of Pale. Al otro extremo del

                    escenario, Ana, con lágrimas corriendo por sus

                    mejillas, habla con GABY, mujer embarazada que

                    porta un bolso.


          GABY

               Disculpe...


          ANA

               Dígame.


          GABY

               El general, ¿está en su oficina?


          ANA

               Hable con su secretario.


          GABY

               Me dijo que estaba en una reunión.


          ANA

               Como ve, la reunión ya terminó.


          GABY

               ¿Era con usted?


          ANA

               Si hay algo que no me gusta, Señora...


          GABY

               Su nombre es Ana, ¿verdad?


          ANA

               No recuerdo que nos hayan presentado, pero sé que usted

               es la esposa del hijo de Zorro.


          GABY

               ¿De quién?


          ANA

                         (Ruborizada)

               Del General. ¿Cómo dice que me conoció?


                    Gaby sonríe irónicamente.


          GABY

               Los soldados hablan mucho de usted en la base. Si bien

               o mal, no he prestado mucha atención.


          ANA

               Haría bien en no escucharlos.


          GABY

               ¿Por qué?


          ANA

               Es muy peligroso para ellos murmurar sobre las esposas

               y novias de sus superiores.


          GABY

               ¡Ya veo! ¡El sexto mandamiento! No me malinterprete, no

               la estoy sermoneando.


          ANA

               Si cada uno de nosotros examináramos cuáles de los diez

               mandamientos hemos cumplido, ninguno aprobaría la

               materia. Espero que no crea que soy yo, ahora, quien la

               sermonea a usted.


                    Pausa en que ambas mujeres se miran desafiantes,

                    valorando sus fuerzas.


          GABY

               ¿Y usted ya tiene novio? Permítame que le ofrezca un

               pañuelo.


                    Gaby extrae de su bolso un pañuelo facial. Ana no

                    lo acepta.


          ANA

               ¿Acostumbra usted a acosar a la gente así, con

               preguntas?


          GABY

               La unidad familiar es muy importante para un general.


          ANA

               No voy a discutir con usted porque sé que está

               embarazada.


                    Ana se enfurece y sale sin decir palabra.


                                                   LUCES CAMBIAN

                                   ESCENA 9

               Despacho del general.


          GENERAL

               Está bien. Qué siga.


                    El General guarda su arma con visible irritación.

                    Entra Gaby embarazada.


          GABY

               ¡Buenas tardes, Padre!


          GENERAL

               No soy su papá, señora Graciela.


          GABY

               Seré la madre de su nieto. Sé que no debo entrar

               intempestivamente, pero... ¿Quién era la muchacha que

               salió de aquí?


          GENERAL

               Una civil que no obtuvo el puesto de trabajo que

               quería. (Pausa) ¿Cómo está mi hijo?


          GABY

               Luis está en cama. Muy enfermo desde qué leyó los

               papeles que usted quiere que él firme.


          GENERAL

               Siempre fue débil y nervioso.


          GABY

               No debería hablar así de su propio hijo.


          GENERAL

               Deshonra la herencia de su padre.


          GABY

               Cambiar de profesión no es una deshonra. ¿Por qué no

               imprime sus poemas?


          GENERAL

               Yo a Luis le dije muy claro que no quiero saber más de

               su arte.


          GABY

               ¿Lo intimida?


          GENERAL

               Habla mal de su familia. Espere a que escriba de usted

               y comprenderá lo que le digo.


          GABY

               No es cierto.


          GENERAL

               ¿No escribió que era hijo de Polifemo?


          GABY

               ¿Y quién es Polifemo?


          GENERAL

               Un tuerto.


          GABY

               Un monstruo fantástico, imaginario.


          GENERAL

               Un cíclope.


          GABY

               Lo que es muy diferente. Es una metáfora, una figura en

               la que...


          GENERAL

               También estudié lo que es una metáfora, Señora

               Gabriela, es sólo que no malgasto mi tiempo hablando de

               poesía.


          GABY

               ¿No sabe usted que la gente sensible es la más honesta?


          GENERAL

               ¿A qué vino?


          GABY

               A saludarlo.


          GENERAL

               ¿Algo más?


          GABY

               Ya que lo dice, quisiera pedirle que no obligue a su

               hijo a participar de sus desfalcos.


          GENERAL

               No sé de qué me habla, pero créame que ya me estoy

               ofendiendo.


          GABY

               Responsable de contratos por cuatro mil millones de

               pesos. Sabe que Luchito es un hombre honrado. Si la

               contraloría llegara a examinar las cuentas de...


          GENERAL

               No lo harán.


          GABY

               ¿Por qué está tan seguro?


          GENERAL

               Dígale que todo hijo debe honrar el cuarto mandamiento.


          GABY

               ¿Así que es Dios quien le ordena desfalcar? ¿No sé da

               cuenta que lo está arrastrando a su propia tumba?


                    Gaby controla su ira o llanto y sale.


                                                    LUCES CAMBIAN

                                   ESCENA 10


                    Suena la canción "Paisaje", por Vicentico.


                    Sala de la casa del General, con mesitas, sofás,

                    cuadros, parlantes y al fondo un gran ventanal que

                    conduce a una piscina. Sonido de cerámica

                    quebrada. CECILIA, mujer diez años más joven que

                    el General Cuevas, mira horrorizada, con sus

                    palmas juntas, los trozos de lo que fue un jarrón

                    de la dinastía Ming.


                    Entra LUIS, joven de 23 años de mirada insegura.


          LUIS

               ¿Qué hiciste mamá?


          CECILIA

               Ando tan nerviosa que...


          LUIS

               Papá lo compró por tres mil dólares en Macao.


          CECILIA

               ¡Le dije a Eustaquio que este jarrón era demasiado

               grande para esta sala! ¡Dios! ¡Me va a matar!


          LUIS

               ¡No, mamá! ¡Yo no lo permitiré!


          CECILIA

               ¡Ni si te ocurra confrontar a tu padre


          LUIS

               No lo haré, mamá, pero...


          CECILIA

               El General podrá tener muchos defectos, pero es tu

               padre, a él le debes la vida. No sabes los sacrificios

               que ha hecho para que tu vivas.


          LUIS

               Yo sólo...


          CECILIA

               Recuerda lo que le pasó al joven de Capitanejo que

               desafiaba a su taita en público.


          LUIS

               Lo tengo grabado en la memoria, mamá.


          CECILIA

               Un día salió a la plaza y un rayo hizo de él una masa

               chamuscada.


          LUIS

               No voy a darle más negativas.


          CECILIA

               ¿No iras a..? No, eso no, Luchito. Si él hizo algo mal

               él mismo debe... ¡Ya sé! Diremos que fue un accidente,

               que dejé abierta la ventana y que una ráfaga de viento

               tumbó el jarrón al suelo.


          LUIS

               Papá no te creerá mamá.


          CECILIA

               Pero...


          LUIS

               Si firmo apenas reparará en lo ocurrido.


                    Entra Gaby y deja una bolsa de papel con verduras

                    que sobresalen sobre la mesa comedor.


          GABY

               ¡Jesús, María y José! ¿Qué pasó?


          CECILIA

               ¿No es obvio, mi querida Gaby?


          GABY

               ¿Quién lo rompió?


          CECILIA

               Una ráfaga de viento.


                    Gaby carcajea histérica.


          GABY

               ¿Fuiste tú, mi vida?


          LUIS

               No, Gaby.


          GABY

               Si fue usted Doña Cecilia, será mejor que trabajemos en

               una mejor excusa.


          LUIS

               ¿No es Gaby una gran esposa, mamá? Desde que la conozco

               maneja los conflictos mejor que nadie.  


          CECILIA

               Llamaré a Eustaquio.


          LUIS

               ¡No!


          CECILIA

               A él, lo que más le enfurece, es que uno no lo

               obedezca.


          GABY

               ¿Eso dice?


          LUIS

               Especialmente cuando llega ebrio.


          GABY

               Si lo que más le enfurece es que no lo obedezcan es

               porque nos ve a todos como esclavos.


          LUIS

               ¿Y eso te sorprende? 


          GABY

               ¡Desde luego!


          LUIS

               ¿Cómo verías a los demás si tú fueras un General?


          CECILIA

               Prefiero que me grite al teléfono a que...


          LUIS

               ¿A qué te lastime? ¡No!


          GABY

               Tu madre es una mujer adulta, Luis.


          LUIS

               ¿No entiendes? La última vez estuvo en urgencias en el

               hospital. ¡Y todo porqué sirvió los huevos fritos

               demasiado crudos!


                    Cecilia toma el teléfono y marca.


          GABY

               Su decisión es apresurada, Doña Cecilia.


                    Cecilia consulta su reloj.


          CECILIA

               ¡No tengo tiempo! ¡En diez minutos Eustaquio sale del

               batallón!


          LUIS

               ¡Hablaré con él!


          GABY

               Podemos culpar a Botica.


          LUIS

               ¿Qué?


          GABY

               Es su perrita preferida. No le hará daño.


          CECILIA

               Usted no lo conoce.


          GABY

               No le hará daño.


          CECILIA

               Hace un tiempo, tendría Luis unos tres años, tuvimos un

               perro llamado Goliat. Yo estaba cocinando cuando oí

               ladridos y un grito de Eustaquio. Tal vez estaban

               jugando, tal vez Goliat se defendió de una caricia

               inapropiado. No valieron mis ruegos ni los de Luchito.

               Eustaquio trajo otro perro del batallón esa misma

               tarde.


          GABY

               ¿Y Goliat?


          CECILIA

               Lo encerró en un pozo y nos prohibió darle de comer.

               Tras varios días descubrió que le arrojábamos comida en

               las noches. Entonces inundó aquel hoyo y lo ahogó.


          GABY

                         (Santiguándose)

               ¡Santa María purísima!


                    Cecilia marca de nuevo.


          CECILIA

               ¡Eustaquio! ¡Hay algo que quiero decirte! Sí,

               ¿recuerdas el jarrón de la dinastía china que compraste

               el año pasado? Se rompió esta tarde. No, desde luego

               que no se rompió solo. Yo... yo...


                    Cecilia estalla en llanto. Luis avanza y toma el

                    auricular.


          LUIS

               ¡Papá! No quiero más problemas con usted. Sí...


                    Gaby se arroja sobre sus brazos sollozando.


          GABY

               ¡No lo hagas!


          LUIS

               ¡Déjame! ¡Déjame por una vez decidir mi vida!


                    Luis sale intempestivamente.


          GABY

               ¿Por qué los hombres son tan tercos?


          CECILIA

               Luis es un buen hombre. Hay que saber llevarlo.


          GABY

               ¿Así como usted ha llevado al General?


          CECILIA

               No hay punto de comparación.


                    Gaby grita y cae al suelo emitiendo gemidos de

                    dolor, prensando su vientre.


          CECILIA

               Pero, ¿qué le pasa?


          GABY

               ¡Me duele! ¡Me duele!


          CECILIA

               ¿El bebé? ¡Luis! ¡Socorro!


                    Cecilia sale.


                    Sangre brota de las ropas de Gaby. Sus manos se

                    manchan de sangre. Gaby grita desamparada.


                                                    LUCES CAMBIAN

                                   ESCENA 11


                    Mismo sitio. Cecilia, sentada ante un escritorio,

                    rompe un fajo de cartas. Luis, ojeroso, entra en

                    traje de luto.


          LUIS

               ¿Son esas las cartas de amor de mi papá?


                    Cecilia las guarda rápidamente en un cajón.


          CECILIA

               Creí que estarías en la clínica. ¿Cómo está Gaby?


          LUIS

               Sé que papá te ha pedido el divorcio.


          CECILIA

               ¿Y por qué vistes así?


          LUIS

               Estoy de luto.


          CECILIA

               ¡Hijo mío!


                    Cecilia se levanta y lo abraza.


          LUIS

               ¿Crees que quiera dejarnos por esa moza que tiene?


          CECILIA

               Antes de tenerte perdí cinco bebés.


          LUIS

               No lo sabía.


          CECILIA

               Ustedes son muy jóvenes. Pueden intentarlo de nuevo en

               un año o dos. La ciencia está muy avanzada.


          LUIS

               Le arrancaron la matriz.


          CECILIA

               ¡Oh! No pensé que...


          LUIS

               Y todo por mi culpa.


          CECILIA

               No hay que buscar culpables. Solo Dios sabe...


          LUIS

               No lo invoques. 


          CECILIA

               Pero...


          LUIS

               Ya no creo en Él. O, si existe, se olvidó de mí, como

               se olvidó de Babilonia, de Sodoma, de Cartago...


          CECILIA

               Declámame ese poema sobre Cartago.


                    Cecilia se dirige al equipo de sonido y pone el

                    himno de coronación de Zadok el sacerdote, de

                    George Friedrich Händel.


          LUIS

               No es tiempo para...


          CECILIA

               Tu padre no está.


          LUIS

               Canto al imperio llamado Cartago, desde las playas de

               África hasta el confín Mediterráneo, los Romanos les

               disputaron Sicilia, y en batallas épicas aprendieron a

               circunnavegar mares e imperios. Amílcar, Aníbal,

               Asdrúbal, generales que derrotaron a bárbaros y

               mercenarios siglos antes del perdón. En las páginas de

               Polibio, todas las revoluciones, todos los

               descontentos, todas las atrocidades, madres

               sacrificando a sus hijos, hijos asesinando a sus

               padres, hasta que la crucifixión que un Mesías eligió

               engendró la compasión. Y esos excesos, hijos de Moloch,

               como los mayas y aztecas, encomendados a las deidades

               de la guerra y la traición, caerán ante la certeza de

               futuros reinos sin lodo, lejos de la mentira con las

               que las arenas del tiempo nos corroen.


          CECILIA

               Es un poema muy lindo, hijo. Lleno de esperanza, de fe

               en Dios.


          LUIS

               Lo escribí cuando tenía quince años, mamá. Entonces

               quería morir e ir al cielo, como San Luis Gonzaga, mi

               tocayo.


                    Cecilia apaga el equipo de sonido.


          CECILIA

               El problema es que tu padre y yo te hemos protegido

               demasiado. Nunca terminaste tus estudios. Tu casa, tu

               auto, tus viajes, tu boda, todo te lo hemos dado.


          LUIS

               Nunca lo pedí, mamá; el problema de las propiedades es

               que hay que cuidar de ellas constantemente.


          CECILIA

               Nunca las rechazaste.


          LUIS

               Soy un subproducto inútil de una generación cruel, ya

               lo sé.


          CECILIA

               ¡No lo eres!


          LUIS

               Debería ser como uno de los tantos inconformes que mi

               papá combate.


          CECILIA

               ¿Cómo es que al primer problema que tienes en la vida

               te hundes como si te hubiéramos criado entre arenas

               movedizas? ¡Sufrir es también parte de la vida,

               Luchito! 


          LUIS

               ¡Soy Luis, mamá! ¡Ya tengo 23 años mamá!


                                                    LUCES CAMBIAN

                                   ESCENA 12


                    Mismo sitio. Luis, con un periódico en la mano,

                    conversa por teléfono. Gaby, ya repuesta lo

                    observa con los brazos cruzados.


          LUIS

               Firmé los documentos hace cuatro meses porque quería

               que el ejército tuviera los mejores proveedores.

               Necesitaban la firma de un civil y yo me ofrecí. ¡Eso

               no es ningún delito, Doctor! Los cuatro mil millones de

               pesos están en la cuenta de un cuñado... ¡Yo no tengo

               relación directa con él! ¿Por qué me persigue si

               siempre he sido un hombre bueno?


                    Luis cuelga.


          GABY

               No te preocupes.


          LUIS

               ¡Tengo razones para preocuparme! ¡Si no voy a la

               audiencia de mañana me arrestan!


          GABY

               El dinero no está ni en tus cuentas bancarias ni en las

               de tu padre.


          LUIS

               ¡Ya saben que está en una cuenta de tu hermano!


          GABY

               Era la decisión más sabia. Joaquín es un empresario de

               renombre en las islas Caimán.


          LUIS

               ¡Lo mejor sería no haber tocado ese dinero! ¿No lo ves?

               La prensa británica publicó esta mañana mi nombre y el

               de Joaquín en representación de la corrupción en

               Colombia.


          GABY

               En este país la mayoría no lee inglés.  Diles

               simplemente que Joaquín no es pariente tuyo.


          LUIS

               Son quince años de cárcel.


          GABY

               Negociaremos casa por cárcel.


          LUIS

               Mis amigos ya no me devuelven las llamadas. Estoy

               arruinado.


          GABY

               Fuiste tú quien decidió firmar.


          LUIS

               Devolveremos el dinero.


          GABY

               Ya no vale la pena.


          LUIS

               ¿Cómo?


          GABY

               Pueden ser quince años de confort, en una hacienda con

               piscina. Nos dedicaremos a leer y ver televisión.


          LUIS

               Ya he leído demasiado. ¡Necesito salir de vez en cuando

               con mis amigos!


          GABY

               ¿A qué? ¿A intoxicarte para luego ir a los burdeles y

               llegar a la casa enguayabado al día siguiente?


          LUIS

               No es cierto...


          GABY

               Soy paciente, pero no soy tonta.


          LUIS

               Pero, como... Nunca me habías hablado así, Gaby. ¡Me

               has usado! ¡Todos me han usado! ¡Voy a llamar a Joaquín

               ya!


          GABY

               ¡No te devolverá un solo peso!


          LUIS

               ¡Me has engañado!


          GABY

               Sin ese dinero no sobreviviremos. Nadie nos va a

               emplear después de este escándalo.


                    Luis se toma la cabeza entre sus manos.


          LUIS

               ¡Ah!


                    Luis sale corriendo del escenario. Se escucha un

                    grito que se aleja y un golpe seco.


                    Gaby reacciona saliendo por un lateral y corriendo

                    el escenario hacia el lateral opuesto con sus

                    brazos crispados.


          GABY

               ¡Luis! ¡Se mató! ¡Luis se mató!


                                                    LUCES CAMBIAN


                                   ESCENA 13


                    Consultorio de psicoanálisis. General, Irma.


          GENERAL

               Nunca lo creí tan impaciente, ni tan frágil.


          IRMA

               ¿Se siente culpable?


          GENERAL

               Sí, fui, en gran parte, quien llevó a mi hijo a la

               tumba. Todos los días de mi vida lo lamentaré. Y si hay

               otra vida, arderé en el infierno como castigo. Es el

               costo de creer que todos podían ser tan ambiciosos como

               yo.


          IRMA

               Quienes poseen dinero, poder o fama son quienes más

               sufren, cierto. Igual, usted ha sobrevivido.


          GENERAL

               No soy de los que se derrumban fácilmente.


          IRMA

               ¿Por qué invitó a Narciso a su casa?


          GENERAL

               Me recordaba a mi difunto hijo.


          IRMA

               Eso fue lo que usted le dijo a su esposa.


          GENERAL

               Cecilia se tornó muy huraña con su muerte.


                                                    LUCES CAMBIAN


                                   ESCENA 14


                    Despacho del General, quien lee un documento.

                    Entra Gaby en traje de luto.


          GENERAL

               Lamento lo ocurrido. Si Luis me hubiera escuchado...


          GABY

               No vine a culparlo.


          GENERAL

               Supongo que fue por la pérdida del bebé.


          GABY

               Nosotros creemos en la eternidad, General.


          GENERAL

               Ya.


          GABY

               Fue el Señor quien decidió cuidar de nuestro bebé,

               lejos de este mundo de embustes y confabulaciones.


          GENERAL

               ¿Vino a culparme?


          GABY

               Sólo Dios sabe.


          GENERAL

               Luis habría salido libre del proceso en su contra.


          GABY

               ¿Por falsificación de documentos?


          GENERAL

               El fiscal no tenía testigos en su contra.


          GABY

               ¡Luis siempre fue honesto!


          GENERAL

               ¿Y usted?


          GABY

               ¡Fue la vergüenza de aparecer en la prensa como un vil

               ladrón!


          GENERAL

               ¡Usted le infundió temores!


          GABY

               ¡No podía soportar que sus amigos le hicieran preguntas

               capciosas! ¡No podía soportar las miradas de desprecio

               de sus amigos y vecinos por un desfalco que no hizo!


          GENERAL

               ¡Pero no rechazó el auto que le regalé!


          GABY

               ¡Era un regalo!


          GENERAL

               ¡Juzgando sus propios intereses! ¡Y qué delicado! ¡Lo

               calumniaron y se lanzó desde un décimo quinto piso por

               eso!


          GABY

               ¡Sí! ¡Sí! ¡Es la verdad!


          GENERAL

               ¡No me va usted a hacer sentir culpable con esos

               comentarios, Gaby! ¡Fue usted misma la que propuso a su

               hermano como mediador de esa transacción! ¡Yo duermo

               con mi conciencia tranquila!


          GABY

               Me merezco, al menos, la mitad.


          GENERAL

               Acordamos otro porcentaje.


          GABY

               Sin Luis, yo...


          GENERAL

               Por su devoción a mi difunto hijo, aunque usted y yo ya

               no tengamos nada en común, le daré el 40%...


          GABY

               Con su permiso, mi General.


                    Gaby se aleja.


          GENERAL

               ¡Maldita sea!


                    El General cae de rodillas y llora como un niño.


          GENERAL

               ¡Luis! ¡Hijo mío! ¡Mi pequeño Luis!


                                                    LUCES CAMBIAN


                                   ESCENA 15


                    El General entra a la cocina de su casa, en donde

                    Cecilia cocina.


          GENERAL

               ¿Y a qué se debe esa cara agria?


          CECILIA

               Es un milagro verte dos días seguidos en casa.


          GENERAL

               Mis ocupaciones no me permiten estar contigo tanto como

               yo quisiera.


          CECILIA

               ¡Seis meses de luto encerrada, sola, en la cima de esta

               montaña! Y tú, mientras tanto, codeándote con las

               adolescentes del batallón.


          GENERAL

               ¡Comienza la perorata!


          CECILIA

               ¿No es cierto que bailaste con la Señorita Ana García

               durante su velada de presentación en sociedad?


          GENERAL

               ¡Lo hice por protocolo!


          CECILIA

               ¡Habían otras 39 doncellas! ¡No bailaste con nadie más!


          GENERAL

               ¡Infamias! ¡Con la flaca Ana García! ¡No es mi tipo de

               mujer!


          CECILIA

               ¡Y ya me informaron que no te separaste de esa relajada

               hasta el amanecer! ¡Y no es la primera vez!


          GENERAL

               ¿Quién? ¡Necesito su nombre!


          CECILIA

               ¡Gente que se preocupa por mí!


          GENERAL

               ¡Enemigos que quieren verme divorciado!


          CECILIA

               ¡Porque saben que te lo mereces!


          GENERAL

               ¡Soy fiel!


          CECILIA

               Te crees muy astuto, ¿verdad?


          GENERAL

               ¡Dios es mi testigo!


          CECILIA

               Otros generales duermen con sus esposas todos los días.


          GENERAL

               Soy un hombre que trabaja incansablemente por los

               suyos.


          CECILIA

                         (Murmurando para sí misma)

               Quiero que lo escuches bien claro. A mí no me vas a

               usar como a Luchito. ¡Estoy harta de tus

               manipulaciones! ¡Por más amoríos que sostengas, no voy

               a hacer lo que esperas que haga! ¡Jamás me divorciaré!

               ¡Tendrías que matarme! Sinvergüenza...


                    El General se saca la correa de su pantalón y la

                    toma del cabello.


          GENERAL

               ¿Cómo es que me llamas?


          CECILIA

                         (Temerosa)

               Un marido ejemplar. ¡No! ¡Ah!


          GENERAL

               ¡Así se castiga a una mujer que mortifica a su marido

               cada vez que viene!


                    El general le propina varios azotes.


          CECILIA

               ¡Piedad! ¡No diré nada más!


          GENERAL

               ¿No vas a firmar los papeles del divorcio? ¿No vas a

               obedecer a tu marido?


          CECILIA

               ¡Antes tendrás que enviarme al infierno!


                    El general la azota.


          CECILIA

               ¡Piedad!


                                                   LUCES CAMBIAN


                                   ESCENA 16


                    General, Cecilia, Narciso, portando un fusil.


          NARCISO

               ¡General!


                    El General enhebra su correa de vuelta en su

                    pantalón.


          GENERAL

               ¿Desde cuándo entra a usted a mis aposentos sin pedir

               permiso?


          NARCISO

               Creí que estaba en peligro, mi General.


          GENERAL

               ¡Cien flexiones de pecho!


          NARCISO

               ¡Obedezco, mi General!


                    Narciso deja su fusil a un lado, se agacha y

                    comienza sus flexiones de pecho.


          CECILIA

               Iré a nuestra alcoba.


          GENERAL

               No tan de prisa, Cecilia. Explícale al cabo lo que

               hacíamos.


          CECILIA

                         (Con temor)

               Jugábamos al torturado y el torturador.


          GENERAL

               Gracias, querida.


          CECILIA

               Permiso...


                    Falso mutis de Cecilia.


          GENERAL

               No tan de prisa. ¡Cabo Mendoza!


                    Narciso salta y se levanta uniendo sus piernas.


          NARCISO

               ¡Presente, mi General!


          GENERAL

               A partir de hoy, mi querida Cecilia, el cabo Narciso

               Mendoza será nuestro asistente personal. 


          CECILIA

               ¿Qué le pasó al soldado Elías?


          GENERAL

               Nuestro chófer continuará conduciendo nuestros autos.


          CECILIA

               Me alegra oírlo. Elías es un buen hombre, hogareño,

               responsable.


          GENERAL

               El cabo Mendoza no tiene familiares en la ciudad, por

               lo que habitará con nosotros, en la hacienda.


          CECILIA

               Pero...


          NARCISO

               Será un gusto trabajar para usted, Señora Cuevas.


                    Cecilia lo observa de pies a cabeza con aparente

                    desconfianza.


          CECILIA

               Pero, no tenemos habitaciones disponibles...


          NARCISO

               Dormiré en los establos, Doña Cecilia, si no es mucha

               molestia.


          CECILIA

               ¿Con tanto insecto que hay allí?


          NARCISO

               No reparo en ellos.


          GENERAL

               Dormirá, querida, mucho mejor que sus compañeros de

               batallón.


Lea la obra completa en Amazon pulsando aquí


Comentarios

Entradas más populares de este blog

La Bucaramanga Universal de Diego Sáenz

Teología para la convivencia de todas las creencias

EL SIMPOSIO DE ARCADIA. Auto Sacramental sobre la Inmortalidad del Alma