Mis primeros 70 libros

Desconozco el destino de mi obra literaria, pero me enorgullezco, al igual que Ben Franklin, de mi labor como editor e impresor de setenta libros. A diferencia de lo que piensa la Intelligentsia criolla, la publicación de mis libros no ocurrió en 2020 durante la pandemia, sino que se remonta a 2002, cuando la Editorial La Buganville de Barcelona publicó la segunda edición de "Nuevas Tardes en Manhattan". Este libro ya había sido publicado por la UIS, entonces una naciente editorial de la provincia colombiana, en 1999, y fue escrita por mis visiones de la caída de las Torres Gemelas. La novela ofendió susceptibilidades y mi editor, José Cayuelas, fue asesinado seis meses después de su publicación en circunstancias que nunca se esclarecieron. Entre sus pertenencias, los peritos encontraron el manuscrito de mi obra de teatro "La Corrupción de Kennedy".

Perder un editor puede desalentar a un novel escritor; en mi caso ocurrió lo contrario. La escritura es la única profesión que prescinde de incentivos como la fama o el dinero, tal y como nos lo han demostrado escritores como Ovidio, Emily Dickinson, Nietzsche, Pessoa o Kafka. Además de la moda literaria, el escritor de la generación X se veía obligado a adular a editores y periodistas de la cultura; siempre los evité, consciente de que cada hora en un coctel o evento literario era una hora perdida de escritura. Al final, acumulé miles de páginas en mis anaqueles, que fueron reducidas a unos 100 disquetes, una docena de USBs y finalmente un disco duro.

Un día, meditando, pregunté a Dios o a mi conciencia cuándo podría publicar mis libros, y su respuesta fue que ya podía hacerlo a través de Amazon. ¿Qué me lo impedía? La espera de un periodista cultural o un editor que apreciara mis textos y los presentara al mundo, como ocurrió con José Saramago. ¡Absurdo! Me atreví con mi primera novela, y luego con mi libro de poemas "Himnos a la Muerte". Entonces recibí una oferta de publicación de la UIS de mi novela "Andes Gótica". Habían pasado 20 años y la UIS ya no era, se decía, una editorial de provincia, sino la glamorosa editorial de una de las universidades más destacadas de Colombia. Esperé su publicación un mes, dos, seis, nueve, dos años… Las excusas que me daban era que no tenían papel suficiente, que tenían libros en cola, etc., hasta que una chica que laboraba allí me contó entre risas que publicar un libro con la UIS era cuestión de semanas. ¿Cuál era el motivo de su tardanza? Recordé que ya en los años 1980 las élites bumanguesas habían boicoteado la telenovela de Punch "La Otra Raya del Tigre" con guiones basados en la novela homónima de Pedro Gómez Valderrama. Dado que la temática de dicha novela era similar a la de "Andes Gótica", esto es, el mestizaje forzado entre los inmigrantes alemanes y las élites de Bucaramanga, no me fue difícil concluir que los ancianos patriarcas de la comarca no querían ver mi obra publicada, sin duda por el infundado temor de que se divulgara la certeza de que los bumangueses descendemos de  señoritas que, siguiendo credos científicos entonces en boga –hoy ya obsoletos–, fueron sacrificadas por sus padres sobre tálamos de inmigrantes europeos.

Corría noviembre de 2019 y justo mi compañía renovó su personal; casi de inmediato comenzó la pandemia. Viviendo de mis ahorros me dediqué entonces, incentivado por mi esposa, la poeta sincelejana Leyla Margarita Tobías Buelvas, a publicar uno a uno mis escritos, traduciendo algunos de ellos en siete de los ocho idiomas que más había cultivado. Durante los siguientes meses corregí y edité, así mismo, sus poemas y un manual que reunía sus apuntes como docente de escritura creativa. A mediados de 2021 ya teníamos 24 libros, y para la feria del libro de Bogotá de 2022, 37. Hoy tenemos el gusto de presentar 70 libros, varios de ellos en circulación en la red de bibliotecas del Banco de la República de Colombia. Mis miles de páginas no han menguado, lo que indica que aún tengo trabajo por delante, y con seguridad continuaré escribiendo y publicando hasta que Dios me lo permita.

Mi alusión a la divinidad de la línea anterior no es un cliché. Como me dijo un amigo libanés en Manchester: “Usted, Hugo, es el único poeta, intelectual y dramaturgo que conozco, que no solo cree en Dios, sino que habla de Él con una fe y un dominio que sorprende”. Porque creo que toda obra literaria es una obra sagrada, la creación de mitos que sintetizan la experiencia humana, lo que vivimos, lo que sufrimos, lo que creemos; como dice Herman Hesse en una carta a una de sus admiradoras: “lo que escribo es el saber de millones de años”.

Te presentamos, apreciado lector, nuestros primeros setenta libros (descarga el PDF presionando aquí), y te instamos a que los leas y descubras tu ser interior, ya sea a través de nuestras redes sociales, adquiriéndolos en Kindle o en formato físico en la plataforma de Amazon, o contactándonos vía WhatsApp al +57 310 659 0227 para solicitar cualquiera de ellos en PDF.


Hugo Noël Santander Ferreira

Bucaramanga, febrero 16 de 2024



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