El alma de Colombia ha de prevalecer
Desde la antigüedad el hombre ha sido tripartito; su mente, su alma y su cuerpo se manifiestan en los ámbitos del poder, la fama y el dinero. Fue Platón quien reseñó la prioridad a la mente y la política sobre los sentimientos del alma y los bienes materiales del cuerpo. En efecto, como lo comprobaron los empresarios judíos bajo la esvástica nazi, no vale ser adinerado si el poder está en manos de intolerantes. Los místicos, no obstante, desprecian el poder y el dinero para dar prioridad al alma, esto es, a los sentimientos. Tanto Buda como Jesucristo y Mahoma son apreciados por su compasión hacia los sufrientes, su desapego a los bienes terrenales y su firme creencia en que la vida no es más que un espejismo que se rompe con la muerte para revelarnos el reino de los justos. Los mártires, con su desprecio a la muerte, forjaron la iglesia que preserva, según Coleridge, el Imperio Romano en el Vatica...