La lectura, el estudio y el arte son obligatorios en Colombia
En nuestra sociedad criolla, es común encontrarnos con personas que expresan sus opiniones de manera despectiva y desvalorizan actividades como la lectura, el estudio y el arte.
Refutaremos estos presupuestos falsos que limitan el crecimiento intelectual y cultural de sociedades como la colombiana del primer cuarto del siglo 21.
"Seré muy ignorante, pero yo no leo y nunca compro un libro"
El primer presupuesto falso que se menciona es el menosprecio hacia la lectura. Algunos individuos afirman que no les gusta leer y no ven el interés en adquirir libros. Esta postura revela una visión estrecha y limitada, ya que la lectura no solo nos permite adquirir conocimientos y expandir nuestra visión del mundo, sino que también nos transporta a otras realidades y nos enriquece como seres humanos. Leer es una fuente inagotable de aprendizaje, imaginación y reflexión, y aquellos que desestiman esta actividad están privándose de una experiencia transformadora.
"Seré muy ignorante, pero no voy a teatro porque ya tengo con el teatro de la vida"
El segundo presupuesto falso se refiere a la falta de interés en el arte, en este caso, el teatro. Al afirmar que el teatro de la vida es suficiente, se menosprecia la importancia de la expresión artística y la capacidad de conectarnos con las emociones y vivencias de otros seres humanos. El teatro nos invita a reflexionar, a cuestionarnos y a comprender diferentes realidades, lo cual contribuye a nuestro crecimiento personal y cultural. Negar la importancia del arte es cerrarse a la belleza y a la posibilidad de ampliar nuestra perspectiva sobre el mundo que nos rodea.
El reconocido escritor colombiano Héctor Abad Faciolince alcanzó notoriedad en mundo del teatro en 2012, al afirmar que el teatro contemporáneo era inferior a otras manifestaciones artísticas.
Abad Faciolince es ampliamente conocido por su destacada carrera literaria y su capacidad para expresar ideas de manera elocuente. Sin embargo, al minimizar la importancia del teatro, parece subestimar la profundidad y el impacto que esta forma de arte puede tener en la sociedad.
El teatro, como expresión artística, tiene una larga historia y ha sido una poderosa herramienta para la reflexión, la crítica social y la representación de la condición humana. A través de la actuación en vivo, el teatro tiene la capacidad de conectar directamente con el público, generando empatía y estimulando el diálogo sobre temas relevantes.
El arte del teatro no solo requiere talento actoral, sino también una cuidadosa dirección, diseño escenográfico y dramaturgia. La creación de una obra teatral implica la colaboración de diversos profesionales para dar vida a una experiencia artística completa y conmovedora.
El teatro no solo entretiene, sino que también educa, desafía las normas establecidas y cuestiona la realidad social. A través de la representación de historias y personajes, el teatro nos invita a reflexionar sobre la condición humana, la política, la identidad y una variedad de temas que son relevantes en nuestra sociedad.
Es importante recordar que las diferentes formas de arte tienen su propio valor y contribuyen de manera única al enriquecimiento cultural. Descartar o menospreciar cualquier forma de expresión artística, incluido el teatro, implica perder la oportunidad de apreciar la diversidad y la riqueza que cada una de ellas puede ofrecer. Las afirmaciones de que el teatro es un arte menor son simplistas y no tienen en cuenta su impacto social.
"Ya me quemé las pestañas leyendo en la universidad, por eso no leo"
El tercer presupuesto falso se relaciona con la idea de que el estudio es innecesario después de cierto punto de nuestra vida. Es lamentable que algunas personas vean el conocimiento como una carga o un obstáculo, y opten por limitar su aprendizaje una vez concluida su formación académica. El aprendizaje continuo es fundamental para nuestro desarrollo personal y profesional. Cada día se presentan nuevas oportunidades y retos que requieren adaptabilidad y conocimientos actualizados. Negarse a seguir aprendiendo es perder la oportunidad de crecer como individuos y de contribuir positivamente a nuestra sociedad.
"A mi edad uno ya no estudia"
Por último, el comentario sobre la edad y el estudio refleja una visión estrecha y prejuiciosa. El aprendizaje no tiene límites de edad, y la curiosidad intelectual y el deseo de adquirir conocimientos deben ser valorados en cualquier etapa de la vida. El estudio no solo nos brinda herramientas para desenvolvernos en el mundo, sino que también nos mantiene activos mentalmente y nos permite seguir descubriendo nuevas pasiones y habilidades.
Además de los presupuestos falsos mencionados anteriormente, quiero agregar un ejemplo que refuerza la importancia de no menospreciar obras literarias de renombre como las de Shakespeare. Durante una visita a Kirguistán, tuve la oportunidad de conocer a un destacado doctor de la Universidad de Harvard, reconocido por su experiencia académica y profesional. Durante una comida, entablamos una conversación sobre literatura y mencioné la relevancia de las obras de Shakespeare en el panorama literario mundial.
“Creo que Shakespeare es la reencarnación de San Mateo Evangelista”, dije. “Sólo un escritor que conoce el Reino de los Cielos puede escribir con tanta agudeza y belleza como él”.
Para mi sorpresa, este doctor expresó su opinión de que Shakespeare era aburrido e inadecuado. Argumentó que las obras de Shakespeare eran difíciles de entender y carecían de relevancia en la sociedad moderna. Esta postura me sorprendió, considerando la posición académica del doctor y la universalidad de las obras de Shakespeare.
Este ejemplo ilustra cómo incluso personas altamente educadas y reconocidas pueden caer en el error de subestimar la importancia y el valor de ciertas obras literarias. Es crucial recordar que el legado de Shakespeare ha perdurado a lo largo de los siglos debido a su capacidad para abordar temas universales como el amor, la ambición, el poder y la condición humana en general. Sus obras contienen una riqueza de lenguaje, profundidad psicológica y complejidad temática que las convierten en piezas maestras de la literatura.
Ignorar o menospreciar el legado de Shakespeare es privarse de la oportunidad de apreciar y comprender las obras que han influido en la literatura, el teatro y el pensamiento humano durante siglos. La universalidad de sus temas y la maestría de su escritura trascienden barreras culturales y temporales, permitiéndonos explorar la complejidad de la condición humana de manera única.
Este caso ejemplifica la importancia de no descartar o menospreciar obras literarias y artísticas sin haberlas explorado adecuadamente. Es fundamental mantener una mente abierta y reconocer que cada obra tiene su valor y puede ofrecer una experiencia enriquecedora si se le brinda la oportunidad de ser comprendida y apreciada en su contexto adecuado.
Es importante refutar estos presupuestos falsos que desvalorizan la lectura, el arte y el estudio. Promover el conocimiento, la cultura y el aprendizaje continuo nos enriquece como individuos y como sociedad. Debemos fomentar una actitud abierta y positiva hacia estas actividades, reconociendo su importancia en nuestro desarrollo personal y colectivo. Rompamos con las limitaciones y busquemos siempre crecer intelectualmente, sin importar nuestra edad o circunstancias.
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