La Venganza del General Cuevas - Comedia Moralista
Emanuel Swedenborg
Introducción
Escribí la trama de “La Venganza del General Cuevas” durante un taller de dramaturgia con Mauricio Kartún en 2007 en el Festival de Arte de Cali, organizado por el director de teatro de La Esquina Latina el Doctor Orlando Cajamarca. Tras su lectura los casi 40 compañeros de aquel taller, todos destacados dramaturgos y guionistas de televisión y cine de Colombia permanecieron en un reverente silencio; Kartún elogió el texto a lo largo del taller, anunciando a los presentes que estaban ante gran obra irreverente del teatro colombiano.
La trama es tan compleja como casual: El general Eustaquio Cuevas desea ascender al ministerio de guerra en Colombia en los 1950s, y para ello cultiva la apariencia de una familia perfecta, con Cecilia, una esposa devota y Luis, un hijo obediente. Pero Cecilia es una mujer que lo recrimina constantemente por su idilio con Ana, quien a su vez le exige que se divorcie y se case con ella. Luis, por otra parte es un personaje rebelde pero obediente, lo que lo hace débil a los ojos de su padre.
El General se ve envuelto en una trama de corrupción, por lo que obliga a Luis a que firme varios documentos. El escándalo sale a la luz pública y Luis es el único señalado por la justicia, lo que lo sume en una honda depresión. Sólo Gaby, esposa de Luis, tiene el talante para confrontar al General, recriminándole por manipular a los suyos para su único beneficio.
El General es paciente de Irma, una psicóloga con nexos diplomáticos, quien lo diagnostica que el sadomasoquismo es el mejor remedio para sus conflictos; al objetivarse ante una desconocida como ella, el General sublima sus pasiones, purgándolas a través de la catarsis de su abuso de poder y su mentiras.
El General descubre que Cecilia tiene un idilio secreto con uno de sus cabos, Narciso Mendoza, a quien el General encargara de hacer una reforma en su casa de campo. Aquella es la oportunidad que esperaba el General para divorciase y casarse con Ana, sin que su hoja de vida se vea afectada para su ascenso como ministro.
El desenlace es tan inesperado como brutal para el General y sus oscuros designios de venganza.
Personajes
General Eustaquio Cuevas
Cecilia, esposa del General
Ana, amante del General
Luis Cuevas, hijo del General
Gaby, nuera del General
Narciso Mendoza, cabo al servicio del General
Irma, psicóloga del General
Hugo Noël
Presentación
HUGO NOËL
El fortalecimiento de las fuerzas armadas durante la guerra civil que azotaba a Colombia durante los 2000s, me cohibió de ofender la sensibilidad castrense con la publicación de esta obra por 20 años. Este teatrexto retrata la mentalidad patriarcal y machista que en aquel entonces dominaba la política colombiana; que un hombre se acueste con una mujer no es, aún hoy en día, considerado un acoso sexual, sino una oportunidad de placer que debe exprimirse como una media naranja, para emplear el verso de Baudelaire; que dicha oportunidad acarree peligro la hace más apetecible. Al menos, eso predica el discurso de quienes la teoría feminista llama los machos alfa.
El propósito de esta obra, hoy finalmente publicada tras un intento de escenificación, misteriosamente boicoteado en 2019, es enseñar a la audiencia como quienes ostentan el poder se aprovechan de los prejuicios morales de la mayoría para que este o aquel actúen como fichas a su servicio, llegando al extremo de sacrificar sus vidas por un ideal moral. Crítica social que desentraña los mecanismos de poder, y manipulación que operan en un entorno político y social encubierto por la cultura, la corrupción y los prejuicios patrióticos
.
ACTO I
ESCENA 1
Cena en la casa de los Cuevas
EUSTAQUIO
(A Cecilia)
¿Te entregaron el dinero que te envié́ con el cabo,
querida?
CECILIA
(Con sarcasmo)
Lo recibí́, mi amor. Tuve que ir al mercado a
comprar la comida para la cena, porque tú
te estabas refocilando con tu amante.
EUSTAQUIO
¿Perdiste la cabeza?
CECILIA
(Con desdén)
No te hagas el listo, Eustaquio. Todos ya
sabemos que tienes una moza que quiere
que la embaraces.
EUSTAQUIO
(Con irritación)
Eso es una calumnia.
CECILIA
(Con ironiza)
¿Calumnia? ¿Y qué hay de la vez que te vi con Ana en
el parque?
EUSTAQUIO
(Con firmeza)
Cecilia, por favor, no sigas con esto.
CECILIA
(Con desesperación)
No voy a parar hasta que me confieses la verdad.
LUIS
¿Qué ocurre?
CECILIA
(A Luis)
Nada, hijo. Tu padre y yo estamos discutiendo
como siempre.
LUIS
(Con determinación, entrando a la sala)
¿Y por qué́ discuten?
CECILIA
(Con tristeza)
Porque pronto tendrás medio hermanitos con
quien compartir tu herencia.
LUIS
¿Qué?
EUSTAQUIO:
(Con asombro)
Tu madre será remitida a un siquiatra, hijo. De sus
problemas mentales se encarga su marido.
LUIS
(A Eustaquio)
Pero es cierto, padre.
EUSTAQUIO
(Con ira)
¿Y tú́ qué sabes?
LUIS
(Con desafío)
Me dijeron que eras un hombre corrupto indigno
de ser mi padre.
EUSTAQUIO
(Con odio)
¡Insolente!
CECILIA
(A Eustaquio, con resignación)
Escúchanos, Eustaquio. Si no cambias te van a jubilar.
EUSTAQUIO
¡Es mi vida!
Eustaquio y Cecilia le dan la espalda a Luis.
LUIS
(Horrorizado)
¿Por qué me dan la espalda? ¡Contéstenme!
¿Es esta mi pesadilla de nuevo? ¿Por qué me lo
ocultan? En mi otro sueño estoy en medio de un
campo de batalla. Soldados muertos y heridos me
rodean. El cielo está oscuro y lleno de nubes
negras. ¡Soy un soldado, y lucho por vivir!
Cecilia permanece inmóvil observando la pesadilla.
GENERAL CUEVAS
¡Luis! ¡Soldado! ¿Por qué no estás combatiendo
al enemigo?
LUIS
(Alarmado y confundido)
¡Padre! La guerra no tiene sentido, ¡somos
nosotros contra nosotros mismos! ¡Es una locura!
GENERAL CUEVAS
(Con rabia creciente)
¡No toleraré insubordinación en mis filas, hijo!
¡Ataca ahora mismo o enfrenta las consecuencias!
LUIS
(Con firmeza)
No puedo hacerlo. No pelearé en esta guerra insensata.
No puedo seguir este camino de destrucción y muerte.
¡No quiero firmar esos papeles! ¡No quiero ser usado!
El General, furioso, levanta su arma y
apunta hacia Luis. Un disparo resuena
en la penumbra y Luis cae al suelo, herido
de muerte. Su rostro muestra horror y
sorpresa mientras se desploma sobre
el suelo frío del campo de batalla.
LUIS
(Reviviendo su horror)
¡Mamá! ¡Mamá!
CECILIA
(Ofendida)
¡Obedece a tu papá!
LUIS
¡Nooo!
Apagón.
ESCENA 2
Se escucha "Negra Consentida" de Daniel Santos.
Despacho con escritorio de anchos cajones,
recibidor perchero y mesita con teléfono clásico.
Sillas de cuero y banderas en las esquinas.
EL GENERAL EUSTAQUIO CUEVAS es un hombre
corpulento con un parche en el ojo izquierdo.
Recostado en su silla giratoria, conversa con
NARCISO, atractivo cabo de dieciocho años.
NARCISO
Estoy en deuda con usted General.
GENERAL
Sería una lástima que un soldado de sus habilidades
fuera sacrificado en el frente de batalla.
NARCISO
Seré su más fiel servidor. Ordéneme lo que quiera. Le
juro que yo lo haré.
GENERAL
¿Lo que quiera?
Se oye de fondo la música de Vera, de Pink Floyd.
NARCISO
Si algo sale mal, yo asumo la culpa con honor. A
diferencia de tanta gente, yo sí aprendí de mis padres
a ser agradecido. Permítame que le cuente una anécdota.
Usted habrá oído del secuestro del niño Nicolás.
Ocurrió hace casi veintidós años. Mi padre, si usted no
lo sabe, era un teniente al servicio del Coronel
Mallorca. Ambos fueron los primeros en llegar a la finca
en que tenían aprisionado bajo tierra al niño de seis
años. Los secuestradores se entregaron de rodillas al
notar que los teníamos rodeados. Sólo entonces el
Coronel se percató de que el niño Nicolás ya estaba
muerto.
GENERAL
Su padre pagó una condena de quince años por ajusticiar
a esos bandidos.
NARCISO
De doce, por buen comportamiento. El Coronel Mallorca
fue eximido de toda culpa.
El General asiente satisfecho.
GENERAL
A partir de mañana usted, Cabo Narciso, será mi
asistente personal.
NARCISO
¡Cuánto le agradezco!
GENERAL
Comerá y en mi mesa y dormirá en los establos. Junto a
Elías, mi conductor, usted se encargará de los mandados
de mi hacienda.
Se escucha la canción "Music! Music!" de Teresa
Brewer.
LUCES CAMBIAN
ESCENA 3
Se escucha Berlin 13 Trautonium de Hindemith.
Despacho de psicoanálisis. El General, con IRMA,
la psicóloga, de falda y anteojos con lápiz y bloc
de notas. Armario y biblioteca en los laterales.
GENERAL
Narciso había prestado servicio junto a la embajada en
donde se quemaron los archivos que comprometían al
Doctor Bustamante.
IRMA
El nuevo Presidente de la República está en deuda con
usted, General.
GENERAL
No entiendo, entonces, a qué o a quién espera
Bustamante para nombrarme su Ministro de Guerra.
IRMA
El Presidente no gobierna solo.
GENERAL
Vaya excusa.
IRMA
Debe responder a presiones externas.
GENERAL
¿A quién debe convencer esta vez?
IRMA
¿Lee usted los diarios?
GENERAL
Soy católico, y jamás contraeré segundas nupcias.
IRMA
Hoy publicaron, General, que hacia el mediodía el
Presidente y el Cardenal discutirán sobre la
conveniencia o inconveniencia de designar a un General
célibe.
GENERAL
Divorciado.
IRMA
"Sin esposa", reza la columna literalmente.
GENERAL
Supervisados por prelados y escritores, como en la era
de la inquisición. ¿Conoce un país peor para vivir que
este?
IRMA
La URSS.
GENERAL
Mmm. Si acaso Leningrado.
IRMA
No me refiero el cerco de San Petersburgo. En la URSS
reemplazaron al clero con un gendarme de apellido
Beria, quien ya ha ejecutado a casi medio millón de
ciudadanos
GENERAL
Los soviéticos se merecen nuestros aplausos. Han
resistido la arremetida de Hitler.
IRMA
¿Admira usted a Stalin?
GENERAL
¡Qué importa a quién admire yo! Esos... Disculpe.
IRMA
Regrese al diván, General. Suspire profundamente y
repita conmigo, estoy calmado...
GENERAL
Estoy calmado...
IRMA
Vivimos una era tensa, con espías.
GENERAL
Vivimos una era tensa, con espías...
IRMA
¡Así se habla!
GENERAL
La culpable es mi ex.
IRMA
¿Por qué lo dice?
GENERAL
Cierto día Cecilia amenazó con divorciarse.
IRMA
¿A causa de...?
GENERAL
No tengo ni la menor idea.
IRMA
¡Haga un esfuerzo, General!
GENERAL
Pero, ¿cómo se atreve a...?
IRMA
¡General!
La psicóloga va a un armario y extrae un látigo.
GENERAL
¡No! ¡Doctora Luz! ¡Eso no!
IRMA
¡Tres azotes o terminamos la consulta!
GENERAL
¡Soy un desobediente! ¡Sí! ¡Me lo merezco! ¡Dame, Luz!
¡Dame! ¡Soy un objeto! ¡Necesito que los demás me cosifiquen
para no sentirme culpable! ¡Quiero que me traten tan mal
como yo debo tratar mal a los demás! ¡Soy un cerdo que
va al matadero!
El General solloza y se coloca en cuatro sobre el
tablado, en donde recibe un azote de la psicóloga.
IRMA
Acordamos que, durante mis terapias, quien manda soy
yo.
GENERAL
¡Perdón! ¡Quiero curarme! ¡No quiero volverme loco!
IRMA
¿Quién soy?
Segundo azote.
GENERAL
¡Una defensora de los derechos humanos! ¡Piedad! ¡No
quiero sufrir! ¡Piedad! ¡El soldado más grosero! ¡El amante
de mi mujer! ¡Soy un desdichado!
Tercer azote.
GENERAL
¡Soy un demonio!
IRMA
¡Basta!
El General y la psicóloga se componen y vuelven al
cuadro inicial.
IRMA
¿Causa de la demanda de divorcio de su esposa?
GENERAL
Ya usted sabe que he tenido tres amantes, pero Cecilia
ni tan siquiera lo sospecha.
Irma Luz se levanta y toma un libro de la
biblioteca, el cual entrega al General.
GENERAL
Del Amor entre Esposos.
IRMA
Abra una página al azar y lea.
El General obedece.
GENERAL
"Pero ellos se tornan estúpidos al fiarse de los
engaños de los sentidos, que no son sino velos oscuros
que esconden la verdad."
Irma le quita el libro y lo guarda de vuelta en su
biblioteca.
IRMA
¿Qué le dice dicho texto?
GENERAL
¿Que soy un estúpido por fiarme del sentido de la
vista?
IRMA
Good boy!
GENERAL
La vista es infalible.
IRMA
No es lo que leyó.
GENERAL
Le pregunto, ¿es posible que usted tenga la certeza de
un adulterio sin verlo con sus propios ojos?
IRMA
Hay indicios que nos revelan la verdad más allá de la
vista, General.
GENERAL
¿En serio?
IRMA
Un mensaje inadecuado, un extraño olor, una tardanza
inexcusable...
GENERAL
Para eso se inventaron las excusas.
IRMA
Para menores de treinta años, tal vez, General.
GENERAL
En Colombia sólo valen las pruebas.
IRMA
¿No cree que para una mujer madura la intuición va más
allá de las excusas?
GENERAL
Ustedes los académicos, piensan que los demás somos
menos listos, ¿verdad?
IRMA
Reconstruyamos los hechos desde el principio.
LUCES CAMBIAN.
ESCENA 4
Se oye el leitmotiv de Narciso. Narciso,
uniformado, Rock Around the Clock-Bill de Haley
(1955). Narciso habla de un teléfono público bajo
la lluvia.
NARCISO
¡No es una ascenso, mamá! ¡Pero podré comer hasta
hartarme tres veces al día! ¡No, no voy a engordar!
Cada tres meses nos hacen una prueba física, en la cual
demostramos que soportamos un combate cuerpo a cuerpo.
¿Qué puede decirle el mayor al general? Por una
borrachera no me van a... ¿Mamá?
LUCES CAMBIAN
ESCENA 5
Consultorio de psicología. General, Irma.
IRMA
¿Cuáles eran las habilidades de Narciso que usted tanto
protegía?
GENERAL
Era el cabo más atractivo de toda la guarnición, lo que
despertaba suspicacias entre sus superiores. No sólo lo
salvé del frente, Doctora, sino del acoso que encaraba
todos los días por parte de mayores y coroneles. ¿Me
entiende?
IRMA
Fui educada en la era del lenguaje inclusivo, General.
GENERAL
Olvido que las mujeres ahora son tan conocedoras del
mundo como nosotros.
IRMA
Volvamos al meollo del asunto, General. ¿Se podría
decir que usted protegía la belleza de Narciso?
GENERAL
Si usted quiere ponerlo en esos términos, sí. Pero,
como ya verá, mis preocupaciones eran otras.
IRMA
Tenía la edad de su hijo.
GENERAL
Acordamos....
IRMA
No mencionarlo, cierto. Pero, ¿quiere usted curarse de
sus ataques de ansiedad?
GENERAL
Naturalmente.
IRMA
Un trauma es como una herida. Antes de aplicar la
sanación es necesario conocer los antecedentes del
ataque, para sí determinar qué tejidos y qué nervios
han sido realmente afectados.
GENERAL
De acuerdo. Devolvámonos al año pasado.
IRMA
¿Qué motivó su tragedia?
GENERAL
La culpable fue Gabriela.
IRMA
¿Su nuera?
GENERAL
Acolitaba todas sus quejas y caprichos.
LUCES CAMBIAN
ESCENA 6
Se escucha "Adoro" de Armando Manzanero. Despacho
del General. El General y ANA, muchacha delgada,
ataviada con joyas que campanean al andar, con un
documento en sus manos.
ANA
¡Esa tal Gaby es una mala influencia sobre Cecilia!
GENERAL
Quizás.
ANA
(Riendo)
No se imagina que tú y yo nos casaremos. Ni que
tendremos un viaje de bodas a Londres y Edimburgo.
¿Cuándo podré anunciar la boda?
GENERAL
Un unos meses. Tan pronto Cecilia me conceda el
divorcio.
ANA
(Mimada)
Ni siquiera se lo has solicitado, Zorro.
GENERAL
No he tenido la oportunidad.
ANA
¿Qué estás esperando? ¿A que alguien le cuente de
nuestro idilio y te arme un escándalo? ¡Me juraste hace
un año que para hoy ya estaría firmado ese divorcio!
¿Hasta cuándo tendré que mentir sobre nuestra relación?
GENERAL
Te repito que...
ANA
¡Esto es un calvario, Zorro! Mis padres están
convencidos de que sólo quieres ayudarme a conseguir un
trabajo como administradora en el batallón.
El General la abraza y toma su rostro entre sus
manos.
GENERAL
¿Y no es cierto?
ANA
¿Sabes lo que harían si se enteran que soy tu moza?
GENERAL
¡Yo te amo, nena!
ANA
No me importa que coquetees a otras mujeres, Zorro,
pero no quiero ser uno de tus grandes amores, quiero
ser tu único amor.
GENERAL
¡Lo eres!
ANA
¡Estoy harta de que me vean entrar y salir de esta
oficina mientras que tú te pavoneas por todas las
fiestas del batallón con Cecilia!
GENERAL
(Riendo)
¡Es mi esposa!
ANA
¿Así que te ríes de mí, Zorro?
GENERAL
Tengo una reunión con los coroneles del batallón en
diez minutos. No tengo tiempo para que discutamos,
nena.
ANA
Nunca tienes tiempo para mí, pero soy yo quien
sacrifica sus mejores años por ti, Zorro. ¿Y qué me has
dado?
GENERAL
El próximo año te escrituraré una casa.
ANA
¿Hasta el otro año? ¡Esto se acabó! ¡Me voy a ver con
mi ex novio hoy mismo!
El General se arrodilla ceremoniosamente, sin
llanto.
GENERAL
¡Perdóname! Te juro que no fue mi intención.
ANA
¡No me jures nada!
Ana rompe el papel en pedazos y sale. Ruido de
puerta que se cierra estrepitosamente.
LUCES CAMBIAN
ESCENA 7
Se escucha "Adoro" de Armando Manzanero. El
General se levanta, golpea su mano derecha contra
su palma izquierda y, tras un instante de duda,
extrae su revólver y apunta hacia fuera del
escenario.
Suspira. Se sienta y extrae los cartuchos de su
arma. Rueda el tambor y se dispara a la cabeza.
Sonido de clic.
Suena el teléfono. El General contesta y sin
levantarse observa la escena siguiente en
silencio, sin soltar el auricular.
LUCES CAMBIAN
ESCENA 8
Se oye A Whiter Shade of Pale. Al otro extremo del
escenario, Ana, con lágrimas corriendo por sus
mejillas, habla con GABY, mujer embarazada que
porta un bolso.
GABY
Disculpe...
ANA
Dígame.
GABY
El general, ¿está en su oficina?
ANA
Hable con su secretario.
GABY
Me dijo que estaba en una reunión.
ANA
Como ve, la reunión ya terminó.
GABY
¿Era con usted?
ANA
Si hay algo que no me gusta, Señora...
GABY
Su nombre es Ana, ¿verdad?
ANA
No recuerdo que nos hayan presentado, pero sé que usted
es la esposa del hijo de Zorro.
GABY
¿De quién?
ANA
(Ruborizada)
Del General. ¿Cómo dice que me conoció?
Gaby sonríe irónicamente.
GABY
Los soldados hablan mucho de usted en la base. Si bien
o mal, no he prestado mucha atención.
ANA
Haría bien en no escucharlos.
GABY
¿Por qué?
ANA
Es muy peligroso para ellos murmurar sobre las esposas
y novias de sus superiores.
GABY
¡Ya veo! ¡El sexto mandamiento! No me malinterprete, no
la estoy sermoneando.
ANA
Si cada uno de nosotros examináramos cuáles de los diez
mandamientos hemos cumplido, ninguno aprobaría la
materia. Espero que no crea que soy yo, ahora, quien la
sermonea a usted.
Pausa en que ambas mujeres se miran desafiantes,
valorando sus fuerzas.
GABY
¿Y usted ya tiene novio? Permítame que le ofrezca un
pañuelo.
Gaby extrae de su bolso un pañuelo facial. Ana no
lo acepta.
ANA
¿Acostumbra usted a acosar a la gente así, con
preguntas?
GABY
La unidad familiar es muy importante para un general.
ANA
No voy a discutir con usted porque sé que está
embarazada.
Ana se enfurece y sale sin decir palabra.
LUCES CAMBIAN
ESCENA 9
Despacho del general.
GENERAL
Está bien. Qué siga.
El General guarda su arma con visible irritación.
Entra Gaby embarazada.
GABY
¡Buenas tardes, Padre!
GENERAL
No soy su papá, señora Graciela.
GABY
Seré la madre de su nieto. Sé que no debo entrar
intempestivamente, pero... ¿Quién era la muchacha que
salió de aquí?
GENERAL
Una civil que no obtuvo el puesto de trabajo que
quería. (Pausa) ¿Cómo está mi hijo?
GABY
Luis está en cama. Muy enfermo desde qué leyó los
papeles que usted quiere que él firme.
GENERAL
Siempre fue débil y nervioso.
GABY
No debería hablar así de su propio hijo.
GENERAL
Deshonra la herencia de su padre.
GABY
Cambiar de profesión no es una deshonra. ¿Por qué no
imprime sus poemas?
GENERAL
Yo a Luis le dije muy claro que no quiero saber más de
su arte.
GABY
¿Lo intimida?
GENERAL
Habla mal de su familia. Espere a que escriba de usted
y comprenderá lo que le digo.
GABY
No es cierto.
GENERAL
¿No escribió que era hijo de Polifemo?
GABY
¿Y quién es Polifemo?
GENERAL
Un tuerto.
GABY
Un monstruo fantástico, imaginario.
GENERAL
Un cíclope.
GABY
Lo que es muy diferente. Es una metáfora, una figura en
la que...
GENERAL
También estudié lo que es una metáfora, Señora
Gabriela, es sólo que no malgasto mi tiempo hablando de
poesía.
GABY
¿No sabe usted que la gente sensible es la más honesta?
GENERAL
¿A qué vino?
GABY
A saludarlo.
GENERAL
¿Algo más?
GABY
Ya que lo dice, quisiera pedirle que no obligue a su
hijo a participar de sus desfalcos.
GENERAL
No sé de qué me habla, pero créame que ya me estoy
ofendiendo.
GABY
Responsable de contratos por cuatro mil millones de
pesos. Sabe que Luchito es un hombre honrado. Si la
contraloría llegara a examinar las cuentas de...
GENERAL
No lo harán.
GABY
¿Por qué está tan seguro?
GENERAL
Dígale que todo hijo debe honrar el cuarto mandamiento.
GABY
¿Así que es Dios quien le ordena desfalcar? ¿No sé da
cuenta que lo está arrastrando a su propia tumba?
Gaby controla su ira o llanto y sale.
LUCES CAMBIAN
ESCENA 10
Suena la canción "Paisaje", por Vicentico.
Sala de la casa del General, con mesitas, sofás,
cuadros, parlantes y al fondo un gran ventanal que
conduce a una piscina. Sonido de cerámica
quebrada. CECILIA, mujer diez años más joven que
el General Cuevas, mira horrorizada, con sus
palmas juntas, los trozos de lo que fue un jarrón
de la dinastía Ming.
Entra LUIS, joven de 23 años de mirada insegura.
LUIS
¿Qué hiciste mamá?
CECILIA
Ando tan nerviosa que...
LUIS
Papá lo compró por tres mil dólares en Macao.
CECILIA
¡Le dije a Eustaquio que este jarrón era demasiado
grande para esta sala! ¡Dios! ¡Me va a matar!
LUIS
¡No, mamá! ¡Yo no lo permitiré!
CECILIA
¡Ni si te ocurra confrontar a tu padre
LUIS
No lo haré, mamá, pero...
CECILIA
El General podrá tener muchos defectos, pero es tu
padre, a él le debes la vida. No sabes los sacrificios
que ha hecho para que tu vivas.
LUIS
Yo sólo...
CECILIA
Recuerda lo que le pasó al joven de Capitanejo que
desafiaba a su taita en público.
LUIS
Lo tengo grabado en la memoria, mamá.
CECILIA
Un día salió a la plaza y un rayo hizo de él una masa
chamuscada.
LUIS
No voy a darle más negativas.
CECILIA
¿No iras a..? No, eso no, Luchito. Si él hizo algo mal
él mismo debe... ¡Ya sé! Diremos que fue un accidente,
que dejé abierta la ventana y que una ráfaga de viento
tumbó el jarrón al suelo.
LUIS
Papá no te creerá mamá.
CECILIA
Pero...
LUIS
Si firmo apenas reparará en lo ocurrido.
Entra Gaby y deja una bolsa de papel con verduras
que sobresalen sobre la mesa comedor.
GABY
¡Jesús, María y José! ¿Qué pasó?
CECILIA
¿No es obvio, mi querida Gaby?
GABY
¿Quién lo rompió?
CECILIA
Una ráfaga de viento.
Gaby carcajea histérica.
GABY
¿Fuiste tú, mi vida?
LUIS
No, Gaby.
GABY
Si fue usted Doña Cecilia, será mejor que trabajemos en
una mejor excusa.
LUIS
¿No es Gaby una gran esposa, mamá? Desde que la conozco
maneja los conflictos mejor que nadie.
CECILIA
Llamaré a Eustaquio.
LUIS
¡No!
CECILIA
A él, lo que más le enfurece, es que uno no lo
obedezca.
GABY
¿Eso dice?
LUIS
Especialmente cuando llega ebrio.
GABY
Si lo que más le enfurece es que no lo obedezcan es
porque nos ve a todos como esclavos.
LUIS
¿Y eso te sorprende?
GABY
¡Desde luego!
LUIS
¿Cómo verías a los demás si tú fueras un General?
CECILIA
Prefiero que me grite al teléfono a que...
LUIS
¿A qué te lastime? ¡No!
GABY
Tu madre es una mujer adulta, Luis.
LUIS
¿No entiendes? La última vez estuvo en urgencias en el
hospital. ¡Y todo porqué sirvió los huevos fritos
demasiado crudos!
Cecilia toma el teléfono y marca.
GABY
Su decisión es apresurada, Doña Cecilia.
Cecilia consulta su reloj.
CECILIA
¡No tengo tiempo! ¡En diez minutos Eustaquio sale del
batallón!
LUIS
¡Hablaré con él!
GABY
Podemos culpar a Botica.
LUIS
¿Qué?
GABY
Es su perrita preferida. No le hará daño.
CECILIA
Usted no lo conoce.
GABY
No le hará daño.
CECILIA
Hace un tiempo, tendría Luis unos tres años, tuvimos un
perro llamado Goliat. Yo estaba cocinando cuando oí
ladridos y un grito de Eustaquio. Tal vez estaban
jugando, tal vez Goliat se defendió de una caricia
inapropiado. No valieron mis ruegos ni los de Luchito.
Eustaquio trajo otro perro del batallón esa misma
tarde.
GABY
¿Y Goliat?
CECILIA
Lo encerró en un pozo y nos prohibió darle de comer.
Tras varios días descubrió que le arrojábamos comida en
las noches. Entonces inundó aquel hoyo y lo ahogó.
GABY
(Santiguándose)
¡Santa María purísima!
Cecilia marca de nuevo.
CECILIA
¡Eustaquio! ¡Hay algo que quiero decirte! Sí,
¿recuerdas el jarrón de la dinastía china que compraste
el año pasado? Se rompió esta tarde. No, desde luego
que no se rompió solo. Yo... yo...
Cecilia estalla en llanto. Luis avanza y toma el
auricular.
LUIS
¡Papá! No quiero más problemas con usted. Sí...
Gaby se arroja sobre sus brazos sollozando.
GABY
¡No lo hagas!
LUIS
¡Déjame! ¡Déjame por una vez decidir mi vida!
Luis sale intempestivamente.
GABY
¿Por qué los hombres son tan tercos?
CECILIA
Luis es un buen hombre. Hay que saber llevarlo.
GABY
¿Así como usted ha llevado al General?
CECILIA
No hay punto de comparación.
Gaby grita y cae al suelo emitiendo gemidos de
dolor, prensando su vientre.
CECILIA
Pero, ¿qué le pasa?
GABY
¡Me duele! ¡Me duele!
CECILIA
¿El bebé? ¡Luis! ¡Socorro!
Cecilia sale.
Sangre brota de las ropas de Gaby. Sus manos se
manchan de sangre. Gaby grita desamparada.
LUCES CAMBIAN
ESCENA 11
Mismo sitio. Cecilia, sentada ante un escritorio,
rompe un fajo de cartas. Luis, ojeroso, entra en
traje de luto.
LUIS
¿Son esas las cartas de amor de mi papá?
Cecilia las guarda rápidamente en un cajón.
CECILIA
Creí que estarías en la clínica. ¿Cómo está Gaby?
LUIS
Sé que papá te ha pedido el divorcio.
CECILIA
¿Y por qué vistes así?
LUIS
Estoy de luto.
CECILIA
¡Hijo mío!
Cecilia se levanta y lo abraza.
LUIS
¿Crees que quiera dejarnos por esa moza que tiene?
CECILIA
Antes de tenerte perdí cinco bebés.
LUIS
No lo sabía.
CECILIA
Ustedes son muy jóvenes. Pueden intentarlo de nuevo en
un año o dos. La ciencia está muy avanzada.
LUIS
Le arrancaron la matriz.
CECILIA
¡Oh! No pensé que...
LUIS
Y todo por mi culpa.
CECILIA
No hay que buscar culpables. Solo Dios sabe...
LUIS
No lo invoques.
CECILIA
Pero...
LUIS
Ya no creo en Él. O, si existe, se olvidó de mí, como
se olvidó de Babilonia, de Sodoma, de Cartago...
CECILIA
Declámame ese poema sobre Cartago.
Cecilia se dirige al equipo de sonido y pone el
himno de coronación de Zadok el sacerdote, de
George Friedrich Händel.
LUIS
No es tiempo para...
CECILIA
Tu padre no está.
LUIS
Canto al imperio llamado Cartago, desde las playas de
África hasta el confín Mediterráneo, los Romanos les
disputaron Sicilia, y en batallas épicas aprendieron a
circunnavegar mares e imperios. Amílcar, Aníbal,
Asdrúbal, generales que derrotaron a bárbaros y
mercenarios siglos antes del perdón. En las páginas de
Polibio, todas las revoluciones, todos los
descontentos, todas las atrocidades, madres
sacrificando a sus hijos, hijos asesinando a sus
padres, hasta que la crucifixión que un Mesías eligió
engendró la compasión. Y esos excesos, hijos de Moloch,
como los mayas y aztecas, encomendados a las deidades
de la guerra y la traición, caerán ante la certeza de
futuros reinos sin lodo, lejos de la mentira con las
que las arenas del tiempo nos corroen.
CECILIA
Es un poema muy lindo, hijo. Lleno de esperanza, de fe
en Dios.
LUIS
Lo escribí cuando tenía quince años, mamá. Entonces
quería morir e ir al cielo, como San Luis Gonzaga, mi
tocayo.
Cecilia apaga el equipo de sonido.
CECILIA
El problema es que tu padre y yo te hemos protegido
demasiado. Nunca terminaste tus estudios. Tu casa, tu
auto, tus viajes, tu boda, todo te lo hemos dado.
LUIS
Nunca lo pedí, mamá; el problema de las propiedades es
que hay que cuidar de ellas constantemente.
CECILIA
Nunca las rechazaste.
LUIS
Soy un subproducto inútil de una generación cruel, ya
lo sé.
CECILIA
¡No lo eres!
LUIS
Debería ser como uno de los tantos inconformes que mi
papá combate.
CECILIA
¿Cómo es que al primer problema que tienes en la vida
te hundes como si te hubiéramos criado entre arenas
movedizas? ¡Sufrir es también parte de la vida,
Luchito!
LUIS
¡Soy Luis, mamá! ¡Ya tengo 23 años mamá!
LUCES CAMBIAN
ESCENA 12
Mismo sitio. Luis, con un periódico en la mano,
conversa por teléfono. Gaby, ya repuesta lo
observa con los brazos cruzados.
LUIS
Firmé los documentos hace cuatro meses porque quería
que el ejército tuviera los mejores proveedores.
Necesitaban la firma de un civil y yo me ofrecí. ¡Eso
no es ningún delito, Doctor! Los cuatro mil millones de
pesos están en la cuenta de un cuñado... ¡Yo no tengo
relación directa con él! ¿Por qué me persigue si
siempre he sido un hombre bueno?
Luis cuelga.
GABY
No te preocupes.
LUIS
¡Tengo razones para preocuparme! ¡Si no voy a la
audiencia de mañana me arrestan!
GABY
El dinero no está ni en tus cuentas bancarias ni en las
de tu padre.
LUIS
¡Ya saben que está en una cuenta de tu hermano!
GABY
Era la decisión más sabia. Joaquín es un empresario de
renombre en las islas Caimán.
LUIS
¡Lo mejor sería no haber tocado ese dinero! ¿No lo ves?
La prensa británica publicó esta mañana mi nombre y el
de Joaquín en representación de la corrupción en
Colombia.
GABY
En este país la mayoría no lee inglés. Diles
simplemente que Joaquín no es pariente tuyo.
LUIS
Son quince años de cárcel.
GABY
Negociaremos casa por cárcel.
LUIS
Mis amigos ya no me devuelven las llamadas. Estoy
arruinado.
GABY
Fuiste tú quien decidió firmar.
LUIS
Devolveremos el dinero.
GABY
Ya no vale la pena.
LUIS
¿Cómo?
GABY
Pueden ser quince años de confort, en una hacienda con
piscina. Nos dedicaremos a leer y ver televisión.
LUIS
Ya he leído demasiado. ¡Necesito salir de vez en cuando
con mis amigos!
GABY
¿A qué? ¿A intoxicarte para luego ir a los burdeles y
llegar a la casa enguayabado al día siguiente?
LUIS
No es cierto...
GABY
Soy paciente, pero no soy tonta.
LUIS
Pero, como... Nunca me habías hablado así, Gaby. ¡Me
has usado! ¡Todos me han usado! ¡Voy a llamar a Joaquín
ya!
GABY
¡No te devolverá un solo peso!
LUIS
¡Me has engañado!
GABY
Sin ese dinero no sobreviviremos. Nadie nos va a
emplear después de este escándalo.
Luis se toma la cabeza entre sus manos.
LUIS
¡Ah!
Luis sale corriendo del escenario. Se escucha un
grito que se aleja y un golpe seco.
Gaby reacciona saliendo por un lateral y corriendo
el escenario hacia el lateral opuesto con sus
brazos crispados.
GABY
¡Luis! ¡Se mató! ¡Luis se mató!
LUCES CAMBIAN
ESCENA 13
Consultorio de psicoanálisis. General, Irma.
GENERAL
Nunca lo creí tan impaciente, ni tan frágil.
IRMA
¿Se siente culpable?
GENERAL
Sí, fui, en gran parte, quien llevó a mi hijo a la
tumba. Todos los días de mi vida lo lamentaré. Y si hay
otra vida, arderé en el infierno como castigo. Es el
costo de creer que todos podían ser tan ambiciosos como
yo.
IRMA
Quienes poseen dinero, poder o fama son quienes más
sufren, cierto. Igual, usted ha sobrevivido.
GENERAL
No soy de los que se derrumban fácilmente.
IRMA
¿Por qué invitó a Narciso a su casa?
GENERAL
Me recordaba a mi difunto hijo.
IRMA
Eso fue lo que usted le dijo a su esposa.
GENERAL
Cecilia se tornó muy huraña con su muerte.
LUCES CAMBIAN
ESCENA 14
Despacho del General, quien lee un documento.
Entra Gaby en traje de luto.
GENERAL
Lamento lo ocurrido. Si Luis me hubiera escuchado...
GABY
No vine a culparlo.
GENERAL
Supongo que fue por la pérdida del bebé.
GABY
Nosotros creemos en la eternidad, General.
GENERAL
Ya.
GABY
Fue el Señor quien decidió cuidar de nuestro bebé,
lejos de este mundo de embustes y confabulaciones.
GENERAL
¿Vino a culparme?
GABY
Sólo Dios sabe.
GENERAL
Luis habría salido libre del proceso en su contra.
GABY
¿Por falsificación de documentos?
GENERAL
El fiscal no tenía testigos en su contra.
GABY
¡Luis siempre fue honesto!
GENERAL
¿Y usted?
GABY
¡Fue la vergüenza de aparecer en la prensa como un vil
ladrón!
GENERAL
¡Usted le infundió temores!
GABY
¡No podía soportar que sus amigos le hicieran preguntas
capciosas! ¡No podía soportar las miradas de desprecio
de sus amigos y vecinos por un desfalco que no hizo!
GENERAL
¡Pero no rechazó el auto que le regalé!
GABY
¡Era un regalo!
GENERAL
¡Juzgando sus propios intereses! ¡Y qué delicado! ¡Lo
calumniaron y se lanzó desde un décimo quinto piso por
eso!
GABY
¡Sí! ¡Sí! ¡Es la verdad!
GENERAL
¡No me va usted a hacer sentir culpable con esos
comentarios, Gaby! ¡Fue usted misma la que propuso a su
hermano como mediador de esa transacción! ¡Yo duermo
con mi conciencia tranquila!
GABY
Me merezco, al menos, la mitad.
GENERAL
Acordamos otro porcentaje.
GABY
Sin Luis, yo...
GENERAL
Por su devoción a mi difunto hijo, aunque usted y yo ya
no tengamos nada en común, le daré el 40%...
GABY
Con su permiso, mi General.
Gaby se aleja.
GENERAL
¡Maldita sea!
El General cae de rodillas y llora como un niño.
GENERAL
¡Luis! ¡Hijo mío! ¡Mi pequeño Luis!
LUCES CAMBIAN
ESCENA 15
El General entra a la cocina de su casa, en donde
Cecilia cocina.
GENERAL
¿Y a qué se debe esa cara agria?
CECILIA
Es un milagro verte dos días seguidos en casa.
GENERAL
Mis ocupaciones no me permiten estar contigo tanto como
yo quisiera.
CECILIA
¡Seis meses de luto encerrada, sola, en la cima de esta
montaña! Y tú, mientras tanto, codeándote con las
adolescentes del batallón.
GENERAL
¡Comienza la perorata!
CECILIA
¿No es cierto que bailaste con la Señorita Ana García
durante su velada de presentación en sociedad?
GENERAL
¡Lo hice por protocolo!
CECILIA
¡Habían otras 39 doncellas! ¡No bailaste con nadie más!
GENERAL
¡Infamias! ¡Con la flaca Ana García! ¡No es mi tipo de
mujer!
CECILIA
¡Y ya me informaron que no te separaste de esa relajada
hasta el amanecer! ¡Y no es la primera vez!
GENERAL
¿Quién? ¡Necesito su nombre!
CECILIA
¡Gente que se preocupa por mí!
GENERAL
¡Enemigos que quieren verme divorciado!
CECILIA
¡Porque saben que te lo mereces!
GENERAL
¡Soy fiel!
CECILIA
Te crees muy astuto, ¿verdad?
GENERAL
¡Dios es mi testigo!
CECILIA
Otros generales duermen con sus esposas todos los días.
GENERAL
Soy un hombre que trabaja incansablemente por los
suyos.
CECILIA
(Murmurando para sí misma)
Quiero que lo escuches bien claro. A mí no me vas a
usar como a Luchito. ¡Estoy harta de tus
manipulaciones! ¡Por más amoríos que sostengas, no voy
a hacer lo que esperas que haga! ¡Jamás me divorciaré!
¡Tendrías que matarme! Sinvergüenza...
El General se saca la correa de su pantalón y la
toma del cabello.
GENERAL
¿Cómo es que me llamas?
CECILIA
(Temerosa)
Un marido ejemplar. ¡No! ¡Ah!
GENERAL
¡Así se castiga a una mujer que mortifica a su marido
cada vez que viene!
El general le propina varios azotes.
CECILIA
¡Piedad! ¡No diré nada más!
GENERAL
¿No vas a firmar los papeles del divorcio? ¿No vas a
obedecer a tu marido?
CECILIA
¡Antes tendrás que enviarme al infierno!
El general la azota.
CECILIA
¡Piedad!
LUCES CAMBIAN
ESCENA 16
General, Cecilia, Narciso, portando un fusil.
NARCISO
¡General!
El General enhebra su correa de vuelta en su
pantalón.
GENERAL
¿Desde cuándo entra a usted a mis aposentos sin pedir
permiso?
NARCISO
Creí que estaba en peligro, mi General.
GENERAL
¡Cien flexiones de pecho!
NARCISO
¡Obedezco, mi General!
Narciso deja su fusil a un lado, se agacha y
comienza sus flexiones de pecho.
CECILIA
Iré a nuestra alcoba.
GENERAL
No tan de prisa, Cecilia. Explícale al cabo lo que
hacíamos.
CECILIA
(Con temor)
Jugábamos al torturado y el torturador.
GENERAL
Gracias, querida.
CECILIA
Permiso...
Falso mutis de Cecilia.
GENERAL
No tan de prisa. ¡Cabo Mendoza!
Narciso salta y se levanta uniendo sus piernas.
NARCISO
¡Presente, mi General!
GENERAL
A partir de hoy, mi querida Cecilia, el cabo Narciso
Mendoza será nuestro asistente personal.
CECILIA
¿Qué le pasó al soldado Elías?
GENERAL
Nuestro chófer continuará conduciendo nuestros autos.
CECILIA
Me alegra oírlo. Elías es un buen hombre, hogareño,
responsable.
GENERAL
El cabo Mendoza no tiene familiares en la ciudad, por
lo que habitará con nosotros, en la hacienda.
CECILIA
Pero...
NARCISO
Será un gusto trabajar para usted, Señora Cuevas.
Cecilia lo observa de pies a cabeza con aparente
desconfianza.
CECILIA
Pero, no tenemos habitaciones disponibles...
NARCISO
Dormiré en los establos, Doña Cecilia, si no es mucha
molestia.
CECILIA
¿Con tanto insecto que hay allí?
NARCISO
No reparo en ellos.
GENERAL
Dormirá, querida, mucho mejor que sus compañeros de
batallón.
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