Los desfalcos del Emperador Amarillo (de la envidia) o de cómo el Petrismo es el lobo que devora a Colombia

Dice falsísimamente Carlos Carrillo, director de UNGRD, que toda la sociedad colombiana es corrupta, simplemente por no haber sido gobernada por socialistas con anterioridad. Lo revelador de tan temeraria acusación es que lo declara cuando su gobierno -el del Presidente, ya acusado de llegar al poder mediante la compra de votos financiados por narcotraficantes, Gustavo Petro-, es señalado de desfalcar miles de millones de pesos a través de la misma UNGRD: De un estimado robo de un billón de pesos han salido a la luz $46,800 millones de pesos mediante compra de camiones de agua inservibles, y $26.000 millones de pesos que se suponían serían destinados a comedores comunitarios en la Guajira.


El escándalo es mayor cuando Snyder Pinilla confesó en entrevista concedida a la Revista Semana, que bajo órdenes del Ministro del Interior Luis Fernando Velasco, había en efecto desfalcado la UNGRD, sobornando en efectivo con $3.000 millones de pesos al Presidente del Senado Iván Name, y al Presidente de la Cámara Andrés Calle por $1.000 millones, con el fin de aprobar la controvertida reforma de Petro a la Pensión de los colombianos.

Y son controvertidas porque dichos fondos ascienden a 400 billones de pesos. En vista de la corrupción rampante del gobierno siniestro de Gustavo Petro, la mayoría de los colombianos temen que los fondos sean desfalcados o invertidos en el financiamiento de nuevas campañas que atornillen a Petro en el poder.

Petro, de hecho, aunque grabó en piedra, emulando a Moisés los mandamientos, que nunca llamaría a una constituyente, no ha cesado de anunciar que lo hará para continuar en el poder después de 2026. No en vano Petro escribió 4 hojas de trinos alabando el gobierno del sátrapa Hugo Chaves, culpable de la miseria que hoy sobrelleva el pueblo venezolano.

Aunque la nación espera las pruebas de los sobornos de Name y Calle, videos viralizados en las redes demuestran como Iván Name se presentaba en cada sesión de discusión de la reforma a la pensión para de inmediato entregar su presidencia a la vicepresidenta, la senadora Pizarro, quien ya había sido destituida del cargo por la Corte Constitucional. Pizarro incurrió en numerosas trampas para que dicha reforma fuera aprobada, tales como añadir votos inexistentes para que sus artículos fueran aprobados ilegalmente, tal y como la senadora Paloma Valencia lo proclamó en su cara, lo que provocó un ataque de ira en donde Pizarro resopló como una hiena herida ante toda la nación.

Pero dichos robos del dinero de los colombianos son apenas la punta del iceberg. La nación ya había visto estupefacta en mayo de 2023 como Laura Sarabia, secretaria de Petro, torturó a una niñera a quien acusó de haberle robado un maletín lleno de 7.000 dólares en efectivo en su casa después de un viaje de trabajo. La empleada Marelbys Meza, quien cuidaba al hijo de la pareja, fue acusada de robar el dinero. Sarabia y los hombres de seguridad de la Presidencia sometieron a Meza a presiones y la llevaron a un sótano para realizarle pruebas de polígrafo, tratándola como principal sospechosa. El caso culminó con el suicidio del coronel Óscar Dávila Torres, un oficial de la Policía, quien fue encontrado muerto el 9 de junio de 2023. El coronel Dávila se suicidó justo cuando anunciaba a los medios de comunicación que quería testificar sobre el tema. Aunque la fiscalía confirmó el dictamen de suicidio, las sospechas recayeron sobre el gobierno del Presidente Petro, quien se vio con este acto sospechosamente librado de un hombre que sabía demasiado.

Poco después, Nicolás Petro, hijo del presidente de Colombia, Gustavo Petro, admitió que el dinero de un condenado por narcotráfico entró a la campaña presidencial de su padre. Aunque primero anunció que no se inmolaría por su padre, quien estaba al tanto de lo que ocurría, luego decantó y dijo que Petro no sabía nada sobre los dineros que financiaban su campaña. Sus defensores alegan sin mayor fundamento que, en efecto, Petro se la pasa trinando en Twitter día y noche, lo que no le permite saber qué es lo que realmente ocurre en su gobierno.

Y en medio de tanta corrupción, trampa y derramamiento de sangre, Carrillo se presenta a sí mismo como un "Kamikaze", los guerreros que Japón enviaba a inmolarse contra los portaviones americanos cuando ya era inminente la derrota de Japón ante las fuerzas democráticas y honestas de los Estados Unidos.

Añado el epíteto de "honestas" para contrastar el discurso 
de Carrillo, quien se adhiere a los sueños imperiales de una nación que no dudó en ser cruel con sus prisioneros, traicionera con sus enemigos, y embustera con su pueblo, características comunes entre el Japón imperial y las sectas políticas de la izquierda socialista del siglo 21.

Las semejanzas entre dicho socialismo militante y el fascismo de Mussolini y Hitler es también revelador; no olvidemos que Mussolini fue un sindicalista que se rebeló contra los ideólogos comunistas que querían llegar al poder honestamente a través de las urnas; para Mussolini, como para Hitler, Fidel, Ortega y Chaves, "El hombre es un lobo para el hombre" (en latín, homo homini lupus) frase utilizada por el filósofo inglés del siglo XVIII Thomas Hobbes en su obra El Leviatán (1651) para referirse a que el estado natural del hombre lo lleva a una la lucha continua contra su prójimo.

En 1997 me aventuré a tomar un curso de doctorado en "Historia de la Revolución Americana" en la Universidad de Temple. Sumergidos en cientos de libros, descubrimos que la grandeza de América reside no en que sus conciudadanos sean mansos corderos, sino en el hecho de que acepta que todos somos unos lobos. El esfuerzo de los Padres Fundadores de los Estados Unidos fue precisamente el de establecer instituciones sólidas e independientes que pudieran vigilarse entre sí, evitando la concentración de poder en una sola o en un solo individuo, todo lo contrario de la autoridad imperial oriental que tan incansablemente imitan los socialistas desde Lenin. 

Su educación clásica en griego antiguo y latín, les permitió tener presente el sentido complementario de la frase aparentemente dilapidaría de Hobbes.

Dicha locución fue creada por el comediógrafo latino Plauto (254-184 a.C.) en su obra Asinaria, donde dice:

"Lupus est homo homini, non homo, quom qualis sit non novit."

"El hombre es lobo del hombre, ya no humano, cuando a aquel desconoce".

En contraste, consideremos que en la antigua China, el sistema de gobierno imperial estaba respaldado por una jerarquía burocrática altamente estructurada, compuesta por mandarines que ocupaban diversas posiciones administrativas. En ocasiones, cuando surgían casos de corrupción que involucraban al emperador o a altos funcionarios, se recurría a una estrategia de exculpación mediante la culpa hacia los mandarines.

Esta estrategia se basaba en varios factores:

1. Distancia del poder central: A menudo, el emperador podía distanciarse de las decisiones cotidianas y de la administración diaria del imperio, dejando estas responsabilidades en manos de los mandarines. Esto permitía que, cuando surgían problemas o casos de corrupción, el emperador pudiera argumentar que no estaba al tanto de lo que ocurría a nivel local.

2. Chivos expiatorios: Los mandarines podían ser utilizados como chivos expiatorios para desviar la culpa de los problemas hacia ellos. El emperador, al responsabilizar a los mandarines por la corrupción o los errores administrativos, podía intentar preservar su propia reputación y autoridad.

3. Control de la información: En muchos casos, el emperador tenía el control total sobre la información que llegaba a él. Esto significaba que podía seleccionar qué informes y noticias recibir, lo que le permitía mantenerse en una posición de plausible negación en caso de corrupción.

4. Sistema de denuncias y supervisiones: En el sistema imperial chino, existían mecanismos formales para que los ciudadanos y funcionarios denunciaran la corrupción. El emperador podía utilizar estas denuncias para mostrar que estaba tomando medidas contra la corrupción, aunque en realidad podrían haber sido selectivas o utilizadas con propósitos políticos.

La exculpación del emperador chino culpando a sus mandarines de corrupción se basaba en la capacidad del emperador para distanciarse de las responsabilidades administrativas cotidianas, el control de la información, el uso de chivos expiatorios y la manipulación de los mecanismos de denuncia y supervisión. Esto le permitía mantener su autoridad y legitimidad ante el pueblo y otros funcionarios.

Añadiendo insulto a la ofensa, Carlos Carrillo proclama que la derecha colombiana es la única corrupta y, sin llegar al cinismo de afirmar que la izquierda es honesta o impoluta, declara "que los corruptos se vayan a la derecha o al centro". Lejos de purgar a su secta socialista izquierdista y petrista de culpa, Carrillo aplica una de sus mentiras predilectas: la de asignar a los "otros" , los epítetos que dicha izquierda se merece. Petro aplica casi diario dicha estrategia que el cínico Swedenborg atribuye a los demonios de los círculos infernales: llamar a lo bueno, malo, y a lo blanco negro; ahora comprendemos porque llama a Milei y a Netanyahu nazis, porque llama al presidente Duque terrorista, a Uribe asesino, a los periodistas que lo interrogan embusteros, a las marchas de dos millones quinientos mil ciudadanos que salieron a protestar por sus desfalcos, "marchas de la muerte", y a quienes no compartimos sus sobornos, asesinatos taimados y contubernios, "fascistas". Lo cierto es que Petro y los petristas son todos esos epítetos; su máxima ironía es haber declarado una vez que mató por amor, cual patriarca que ejecuta a su mujer porque descubre que le es infiel.


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