El Profeta que trajo la lluvia a Cataluña y España



Petrus Romanus


Ser profeta de Dios nunca fue una labor fácil; además de suscitar el encono de agnósticos y ateos, el ungido debe soportar los menosprecios de su propia iglesia, inevitablemente precondicionada por las vidas de sus santos y mártires. La aparición de la Madre María a vírgenes y niños a lo largo de los últimos dos siglos ha acostumbrado al fiel del siglo XXI a creer que Dios nunca se manifiesta a letrados o poetas, sino exclusivamente al cándido, ignorante o inocente de los ardides del mundo.

En otros libros narro cómo el Señor me ungió profeta en 2011 y me reveló ser la encarnación del apóstol Pedro, enviado al final de los tiempos en la certeza de que no negaría a Cristo por cuarta vez. Algunos me indican que mi creencia es personal, y nada más cierto, les digo; mi fe es muy simple: creo en cada uno de los nobles preceptos narrados en la Biblia y veo, como William Blake, la intervención de Dios en la caída de una hoja.

Mis experiencias místicas pasarían desapercibidas, como las de tantos santos, si no fuera por las demandas que el Señor, o -como los arrianos me dirían-, mis “creencias personales”, incluyeran el dominio sobre la tierra y sus elementos. En “Himnos a Jesús” narro cómo Dios, en su amor, contuvo los terremotos que asolaban al mundo en 2012 y cómo entonces, no obstante, anunció la pandemia.

En 2022 viajé a Cataluña, España, y compartí la angustia de sus habitantes por las prolongadas sequías. “Oraré para que llueva”, dije a un amigo, quien sonrió burlonamente. Al día siguiente la lluvia cubría los campos. “Es una sola lluvia”, me dijo añadiendo que no creía en Dios. Viajes a Francia y Colombia me distrajeron.

 

Las lluvias de Mayo 2023

Fue en mayo de 2023, hace poco menos de un año, que leí un artículo en las redes de un servidor público de Manresa, a quien llamaré Luis de Góngora, pues me ha solicitado no divulgar su nombre. La promesa del Director de un teatro de Manresa de permitirme escenificar y representar allí una de mis obras de teatro me mantenía espiritualmente conectado a la ciudad. Por inspiración divina le ofrecí el consuelo que la ciencia no podía entonces entregarle.

“Hola, soy Hugo, el hombre del buen tiempo, a donde voy llevo prosperidad y lluvia; la causa es espiritual y el mundo no lo comprende (…) De hecho tuve una visión de que volvía a Barcelona llevando la lluvia a España; el tiempo lo dirá. Saludos cordiales desde Colombia.”

“Si vienes con lluvia te hacemos alcalde de la ciudad por méritos climáticos. Reformamos el Kursaal y hacemos de Manresa la capital cultural de Europa.”

“Hablaré con el cielo para que llueva a cántaros por unos días. De hecho, tengo a una estudiante en Madrid a quien le dije aquello hace una semana, y ya ves cómo ha regresado el agua.”

“Te agradezco mucho que seas sensible al grave problema que tenemos, nosotros y gran parte del Mediterráneo. El cambio climático nos condena a una sequía que no se soluciona con una semana de lluvias. Los expertos miden que necesitaríamos todo un mes de lluvias intensas para adquirir los niveles normales de reservas hídricas. Esperemos que tus lluvias, como mínimo, nos den margen para armarnos de soluciones. Un abrazo muy fuerte y gracias.”

“Te iba a contestar, pero acabó siendo tan laboriosa la respuesta que escribí un artículo sobre el tema: Las Causas del Cambio Climático son Espirituales”.

Dicho artículo haría eventualmente parte de mi tratado de teología “Eres Dios”, publicado recientemente, también por voluntad divina. Menciono la voluntad del Creador para iluminar el escepticismo de algunos escritores criollos que me preguntan cómo es posible que escriba tantos libros sin ser un autor de “Best Sellers”.

“Porque Dios me lo ha pedido”, es mi respuesta. Afortunado es quien escribe para un grupo de lectores cautivos, pero el reconocerse bendecido como escritor, ¡Oh, portento!, es un privilegio que solo conocen quienes disuelven las fronteras entre la vida y la muerte: el poeta del Pentateuco, Homero, Dante, Beckett…

Aquella charla de mayo de 2023 culminó con una presentación sobre mi epifanía:

“Llevo años diciéndolo a naciones con escepticismo. Han visto portentos como el fin de los terremotos en 2012 en India, pero al fin y al cabo todo se puede reducir a coincidencias. Podría ser como el personaje de Pirandello que se ofrecía para que lo contrataran por su fortuna. Todo ello lo narro en mi novela El Profeta Invisible.

Luis de Góngora no mostró entonces mayor interés. Presumí que el escepticismo imperante lo persuadió de haber conocido a otro Quijote. Las lluvias cesaron y me olvidé de Cataluña y Luis de Góngora.

 

Lluvias sobre Cataluña, España


Las lluvias de marzo 2024

Nueve meses después, el 9 de febrero de 2024, leí en la prensa noticias alarmantes sobre la sequía que azotaba a España. El Señor me recordó los inmensos dones que me había entregado y escribí a Luis de Góngora de nuevo lleno de fe:

“Voy a orar para que llueva en Manresa y Cataluña y los embalses recuperen su nivel antes de marzo”.

Esta vez Luis de Góngora contestó de inmediato.

“Necesitaremos tus oraciones. ¡Gracias, Hugo!”

“Confío en Dios”.

“El problema está en los hombres”.

“Así es, pero quienes renunciamos al mal que provoca el dinero, la fama y el poder, nos convertimos sin darnos cuenta en sus representantes, y esto en virtud de que solo deseamos el bien.”

Luis de Góngora no contestó a tan severo mensaje. ¿Quién hoy en el mundo rechaza las tentaciones de la fama, el dinero y el poder? Yo lo he hecho, pero la sanción social es invariablemente el menosprecio.

Entonces conversé con Dios todos los días, esto es, oré. Pasó el mes de febrero y la sequía seguía en Cataluña.

“¡Oh, Señor! Fuiste tú quien me pidió escribir a Cataluña”, clamé.

“¿Por qué dudas? ¿No escribiste que orarías para que cesara antes de marzo?”

Al día siguiente la lluvia caía sobre Cataluña y España. Entonces escribí a Luis de Góngora con la certeza de que Dios me había escuchado. Esta vez Luis de Góngora contestó a todos mis mensajes, si bien con la misma condescendencia con que los duques contestaron a Don Quijote y Sancho Panza:

“Dios ha escuchado mi ruego y las lluvias regocijarán a Cataluña. Entonces divulgarás la buena nueva”.

“Gracias, Hugo, por tus ruegos. Para mitigar el efecto de tres años de sequía necesitaríamos no menos de 500 litros de lluvia este mes. En los bosques catalanes 8 de cada 10 árboles ya están en proceso de muerte por falta de agua.”

“Ya llegan, Luis de Góngora. Para que la fe mueva montañas es necesario alguien con fe. Cuando lleguen, te contaré las razones.”

Corría el 6 de marzo; el 10 toda España celebraba el regreso de las lluvias: me explayé en las causas espirituales de mis conversaciones con Dios.

“La razón de las lluvias que sorprenderán hoy al mundo, apreciado Luis de Góngora, está en mis libros de poemas místicos ("Rey de Reyes" e "Himnos a Jesús"), en los cuales me fue revelado que fui antaño apóstol de Cristo y que España y Portugal son también mis naciones. ¡Cuánto quisiera escenificar mis obras de teatro en algún teatro de Barcelona!”

“Gracias, Hugo, por tus preocupaciones y tu dedicación mística a los problemas que tenemos con la crisis climática. Yo soy ateo. No creo en Dios. Pero trabajo muy activamente para hacer frente 'desde la tierra' a estos problemas tan complejos. ¡Así que todo suma! ¡Encantado de compartir retos contigo!”

“Lo importante es que creamos en nosotros mismos, Luis de Góngora, pues es de allí que toda divinidad emana, incluso la no-divinidad o ateísmo, que termina siendo una afianzada creencia. Yo creo en mí mismo y en el poder de mis buenas intenciones, que compaginan con aquellas de Jesús de los evangelios. Fue por ello que te escribí, pues fui a Manresa por un mes y conocí su vida plácida, pero me ofrecieron un trabajo en París, viajé, me rechazaron por mi aspecto físico y tuve que regresar a Colombia; entonces El Niño azotaba a Colombia y oré por evitarlo, lo que desencadenó una lucha espiritual que ya escribiré luego; en ella vi muchas visiones, incluyendo la de viajar a vivir a Cataluña. Entonces te escribí. El Niño tuvo serios altibajos, y un volcán del Ruiz amenazó con erupcionar. La sequía nunca llegó y el volcán se calmó. Al fin, hace 15 días, decidí abandonar los Andes, mi tierra natal, pues nadie es profeta en su tierra, y mudarme a la costa de Colombia, donde ahora resido. Enterado de vuestra sequía, he renovado mis diálogos con Dios (hay un Best-seller que afirma que cualquiera puede hacerlo, y es cierto, pues Dios es, incluso para la psicología, la voz interior del Bien Supremo), y me ha prometido calmarla. Yo le digo: '¿Y si Luis de Góngora tampoco cumple su promesa?', y Él, como siempre, me dice que ese no es mi asunto, sino de Él. Lo importante, después de todo, es entregar sin esperar recompensa a cambio, pues el universo (esto es, Dios) lo entrega de igual modo. Y tú, Luis de Góngora, ¿crees en ti mismo y en aquello que escribes?”

“Estimado Hugo. Reitero mi agradecimiento por preocuparte de nuestra sequía, que desgraciadamente sigue, y seguirá siendo la norma de nuestro clima, como 'regalo' de los excesos que desde la Revolución Industrial caracterizan a nuestra cultura occidental. Espero que tu estancia en Manresa cumplió con sus objetivos. ¡Somos muy místicos en estas tierras! Tenemos la Virgen Negra de Montserrat, la cueva de San Ignacio... y un sinfín de milagros curiosos que hacen especial esta tierra. Puedes estar tranquilo por mi integridad. Yo cumplo con mis promesas. Soy una persona que trabaja para el bien global y me rodeo de personas que también lo hacen, para acumular fuerzas suficientes y ser transformativos. Me dedico a ello todos los días de mi vida, tanto personal como profesionalmente. No me atrevería a decir que 'creo' en mí mismo, como me preguntas, ya que 'creer' es un acto de fe, y yo no soy un hombre de fe. ¡Yo confío en mí! y confío en la gente con quien trabajo y me desarrollo. Y siempre me tendrán a su lado igual que ellos me tienen al suyo. Y naturalmente escribo aquello que quiero que se realice, con un objetivo claro de impacto, para que mis hijos, nuestros hijos, puedan desarrollarse y vivir en un entorno no tan hostil como el que ahora se nos presenta. Así que: confío en mí, en mi entorno, su potencial y en los proyectos en que me involucro o me involucran. Lo que escribo es una consecuencia. ¡Seguimos en contacto, Hugo! Un abrazo.”

“Créeme, Luis de Góngora, que veo mi vida tan increíble como lo pudo ser la de Moisés o Swedenborg. Anoche el Señor me indicó que debo mudarme; Japón, Arabia Saudita o España son las naciones que me invitan espiritualmente.” 

“Estimado Hugo. Yo me dedico a la investigación e innovación a nivel universitario. Coordino en la Catalunya Central un programa para hacer trabajar conjuntamente universidades, centros de investigación, centros tecnológicos, empresas, administraciones públicas locales y ciudadanía para hacer frente a retos complejos, como por ejemplo la crisis climática, el envejecimiento poblacional, las desigualdades sociales, la transición energética... etc. Y todo eso sin ningún milagro, solo con la intervención del esfuerzo de mucha gente e instituciones que se unen para hacer frente a un reto. Eso son las agendas compartidas. Desgraciadamente, no tengo ningún contacto de ningún teatro, ni puedo influenciar en la compra de ningún libro por parte de ninguna biblioteca pública. Lo siento. Yo puedo ayudar a investigadores a colaborar con los procesos que inicia el programa, de todo el mundo. He involucrado ya a gente de Australia, Chile, Taiwán, Colombia y, por supuesto, a la gran mayoría de Europa. Sabes que en Catalunya tenemos y seguimos teniendo un problema muy grave de sequía, que no será suficiente con tus rezos el solucionarlo, ya que se trata de un problema global, no local. Deberemos practicar la resiliencia climática y deberemos adaptarnos a las nuevas condiciones, ya que hemos reducido a más de la mitad el régimen de lluvias en 3 años, y eso no se ha solucionado con las cuatro gotas que han caído hace poco. No han subido ni un tres por ciento el agua de los embalses, que están alrededor del 10% de su capacidad. Eso lo solucionaremos pensando en cómo podemos adaptar nuestros bosques a la nueva situación, cómo podemos hacer más eficiente la distribución de agua, cómo podemos crear una cultura resiliente entre la ciudadanía, procesos que requieran menos agua y adaptarnos a los nuevos paisajes que ya se abren camino en nuestras tierras como la sabana o la subida del nivel marino que destroza nuestras costas, o las temperaturas extremas. Barcelona, que en el 2050 tendrá las temperaturas de Sevilla, y su pluviosidad. Y eso no va a cambiar (desgraciadamente), ya que necesitaríamos del freno de todas las toneladas y toneladas de CO2 que el hombre día a día va escupiendo a la atmósfera en nombre del 'progreso'. Tus rezos no deben ser solo para Catalunya, o Arabia Saudí, o donde quiera que quieras ir. Tus rezos deberían ser globales. No servirá de nada que Catalunya tenga lluvia si el resto de Europa se quema de calor o Grecia se incendia. No servirá de nada que Catalunya tenga el privilegio del agua si la India se ahoga en inundaciones, que es lo que va a pasar. Reza por todo el mundo, tú que tienes fe. Un abrazo muy fuerte.”

La respuesta de Luis de Góngora sumía las lluvias concedidas por el Creador en ese mar de escepticismo que es la crisis climática global. Decidí interrumpir nuestra charla. ¡Cuántos milagros ha hecho el Señor en quienes he conocido a lo largo de mi vida! ¡Cuánto silencio y menosprecio me han granjeado! Antaño, interceder por una sanación o una lluvia era un milagro que la multitud respetaba; hoy es solo fuente de lástima y encono.

 

El Profeta de la Lluvia no es oído en Colombia

La sequía azotaba también a Colombia por varios meses. A lo largo del 2023, el fenómeno de “El Niño” era anunciado por la Presidencia como una tragedia, y la revista Semana pronosticaba recortes de energía. Entonces triné a Vicky Dávila que no sería así, que ya yo había contenido la furia del Nevado del Ruiz y que pediría a Dios que “El Niño” no llegase a Colombia. Y si bien las lluvias cayeron a lo largo de 2023, tanto Vicky como las entidades del gobierno ni tan siquiera comentaron mis trinos. Pero a finales de 2023, Dios me dijo en sueños que la sequía caería sobre Colombia por haber no solo desoído mis mensajes, sino también por ser atacado por la alta sociedad bumanguesa y por escritores locales enfurecidos por mis denuncias de los abusos del socialismo de Gustavo Petro.

Y a finales de 2023, la sequía produjo varios incendios en Colombia.

“¡Abandona tu terruño, que allí nadie es profeta!”, ordenó el Señor, y en marzo de 2024 nos habíamos mudado a Sincelejo.

Al llegar, los campos secos de la Sabana me conmovieron.

“¡Trae también la lluvia, oh Dios!”, clamé a la Santísima Trinidad.

En la noche vi pesadas nubes que me seguían a mis espaldas, como si fueran mis mascotas. Entonces el Espíritu Santo me dictó un poema:

 

 

 

 

Crucé el Atlántico en busca de cordura,

 

dejando atrás la furia y la inclemencia,

 

a México llegué, de periodistas tortura,

 

cuando su voz silenciada clamó clemencia.

 

 

II

 

Bogotá me vio luchar contra asesinos,

 

desenmascaré el fascismo socialista,

 

una década antes de su ascenso

 

le concedí un año para renovar Colombia.

 

 

III

 

En Bucaramanga, El Niño amainé,

 

con penitencia, incluso siendo perseguido,

 

la sequía combatí, la lluvia imploré,

 

de tanta indiferencia me embriagué.

 

 

 

IV

Cataluña me vio suplicar por agua,

 

en medio de su árida y triste agonía,

 

anuncié que cesaría antes de marzo,

 

como en Londres me creen mera coincidencia.

 

 

V

 

En Grecia, entre cenizas y desolación,

 

los fuegos callaron por mi mediación.

 

y ahora en la sabana sucreña habito,

 

anunciando al cielo por su bendición

 

 

VI

 

Dios me otorgó el don de ser su profeta

 

no de nombre, sino cesando toda aflicción,

 

¡Escríbelo! ¡Qué te conozcan por mis obras!

 

¡A mí, que labré en setenta libros mis labores!

 

 

VII

 

Que sea tu dulce voluntad Señor,

 

Qué yo, cineasta, actor y poeta,

 

filósofo y docente, viajero y teatrista

 

no sea reconocido por la obra inmensa

 

Que tu amor me inspira,

 

sino por ese portento más antiguo,

 

el de anunciar tu lluvia

 

Entonces anuncié sin más reticencias el fin inminente de la sequía en Cataluña y España, y casi simultáneamente en la sabana sucreña Colombia:

"Estimado Luis de Góngora. Entiendo que el enfoque moderno a menudo nos aleje de consideraciones espirituales, priorizando la agenda del progreso que tú intentas reorientar. Sin embargo, en Estados Unidos se reconoce lo paranormal como parte integral de la existencia y se evalúa su capacidad para ofrecer soluciones. Me refiero específicamente a lo paranormal, término que emplearé de aquí en adelante por su adecuación a tu marco de trabajo. El pragmatismo también forma parte de la ciencia y se basa en la observación de resultados, independientemente de sus causas. Si mi presencia o lo que tú llamas 'mis rezos' contribuyen de alguna manera al cambio climático, esto debería ser considerado. Mencionas la colaboración entre instituciones, y sería igualmente factible colaborar con un teatro o una red de bibliotecas en conjunto con un programa MFA de la Temple University. Si revisaras mis libros, verías que este caso no es único; donde quiera que voy, traigo lluvia y prosperidad. Te mencioné algunas situaciones, pero la más impactante fue el cese de los terremotos en 2012, que hasta el 12 de abril habían azotado al mundo. Puedes adquirir y leer mi libro 'Himnos a Jesús' en Amazon, o acceder gratuitamente a él en la Internet Library o Inkett. La historia es compleja, ya que las desigualdades sociales y tecnológicas en todo el mundo, junto con la injusticia institucionalizada, la conspiración y la mentira, son las verdaderas causas del cambio climático. Entre 2012 y 2019 intercedí por el mundo, pero al ser perseguido por mis ideas hasta el punto de perder mi empleo, el Señor me indicó que ya no podía intervenir y desató la pandemia. Su furia cesó en cuanto me dieron no uno, sino dos trabajos (uno del Vaticano y otro del sector privado). Todo esto lo relato en mi novela 'El Profeta Invisible'. No creas que mi presencia en el mundo pasa desapercibida para los poderes establecidos. Aquellos que me han atacado también sufren las consecuencias del destino, algo que no busco que ocurra, simplemente sucede. Sin embargo, no es mi intención convencerte de lo que ya eres testigo. Te mencioné que la sequía terminaría en marzo, y así ha sido. Si prefieres no aceptar los hechos o considerarlos meras coincidencias, es tu conciencia o la educación con la que te identificas lo que te lleva a esa conclusión. Puedes seguir reforzando la idea de que los residuos fósiles y el CO2 son responsables de las sequías en Cataluña, o aceptar una solución paranormal para su inminente recurrencia. Llegué a Sincelejo, Sucre, tierra que también sufre sequía; anuncié ayer la lluvia y en la noche llovió. Anoche el Señor me dijo que sería reconocido por dichas intercesiones. Simplemente sigo sus designios desde la tarde del 1 de junio de 2011, en que en Chennai, India, el cielo se abrió con palomas en mi ventana y Él me ungió como su Profeta. Los indios vieron el portento, pero esa es otra historia que también relato en mi novela. Un saludo cordial. Hugo Noël."

"Estimado Hugo. Muchas gracias por tu extensa respuesta. Como siempre, te agradezco mucho tu dedicación y sensibilidad por los problemas del mundo y, en concreto, por los problemas de Catalunya. ¡Gracias! Que no te confunda mi condición de científico, ya que tengo un aspecto espiritual muy desarrollado, aunque carezca de fe en un ser supremo (idea de Dios). Con eso te quiero decir que contemplo otros tipos de conocimiento más allá del científico, al que considero muy útil, pero no el único de los conocimientos posibles que el ser humano tiene como herramientas de desarrollo y evolución. Comentarte que la ciencia NO SOLO se basa en la observación de resultados. El método científico es mucho más que 'observar' experimentos y, naturalmente, su proceso no es independiente de las causas. Y aquí tenemos un escollo, ya que los problemas complejos como la crisis climática no tienen una única causa… tienen muchas y diferentes. La gran mayoría de ellas las desconocemos, y de ahí que sobrepase nuestras metodologías, paranormales incluidas, de abordar problemas tan complejos. Es por ello que siempre te he agradecido y te agradeceré tu dedicación a los problemas de Catalunya, ya que considero que seguro contribuyen. No lo dudes. Pero igual que te digo esto, también estoy convencido de que tus acciones por sí solas no solucionarán el problema de la crisis climática. Necesitan estar complementadas por muchas otras acciones protagonizadas por otros muchos actores. Los problemas complejos tienen soluciones complejas, intrincadas, sistémicas… y requieren de muchas contribuciones sumatorias. Siento mucho decirte que la sequía no ha terminado en marzo. Ni mucho menos. En Catalunya, las últimas lluvias no han mitigado la sequía. Han contribuido a ascender un 5% los pantanos de las cuencas internas, que estaban en el paupérrimo 10%. Los 50 litros que de media han caído se alejan mucho de los 500 que te comenté necesita Catalunya durante todo este mes para poder decir que podemos 'respirar' un poco, y 'mitigar' de momento, la sequía. La situación es muy crítica: las temperaturas siguen subiendo, las pocas nieves del Pirineo ya se están fundiendo (no deberían), los vientos de Sahara están aportando demasiadas partículas en suspensión, el nivel del Mediterráneo sigue subiendo y nuestras reservas hídricas freáticas siguen inexistentes en muchas comarcas. Aquí tienes el resumen histórico:

Y lo que te comentaba… esto es lo que pasa en Cataluña… pero existen países enteros que están desapareciendo bajo el mar, bosques que se convierten en sabanas, salinización o desaparición de grandes lagos, deshielo de los polos, desaparición de glaciares (en Cataluña ya no existen), aniquilación de biodiversidad (como nunca antes había pasado) y alteración de ciclos biogeoquímicos graves, como las corrientes del Atlántico. ¡Todo está conectado! Y de nada servirá solucionar algo localmente si globalmente seguimos avanzando hacia el caos climático. Esta es la realidad en que vivimos, que requiere un abordaje GLOBAL, no LOCAL del problema gravísimo que tenemos encima. Y no sólo son los combustibles fósiles los responsables, claro está. Necesitamos que el mundo entero se una para abordar la grave situación, no sólo en Cataluña. Ojalá tus acciones y actividades paranormales vayan en este sentido y contribuyan a una concepción holística del grave problema que estamos sufriendo. Buscaré tu novela y la leeré. Gracias por tu sensibilidad. Seguimos en contacto y seguimos luchando para conseguir que este mundo sea mejor. ¡Un abrazo muy fuerte!

“Apreciado Luis de Góngora, te comenté que oraría para que en marzo hubiera una solución, y ya está ocurriendo. Abandona ese pesimismo que Jesús llamó falta de fe. Te di mi testimonio y es Dios quien te enseñará su validez. ¡Cuántos pasajes de santos hay en que ellos dieron su palabra y Dios nunca los defraudó! Y no digo que sea santo, sino pecador, pero con ansias de santidad. El fin de la sequía en Cataluña dejará perplejos a los científicos no menos que el fin de los terremotos silenció a los sismólogos en 2012. Mi testimonio estuvo de por medio, pero es un testimonio inspirado por Dios. Dios necesita tanto de creyentes como los creyentes necesitamos de Dios, dice Eckhart. Sus caminos son inescrutables. En lugar de anunciar cataclismos, quiere que de la buena nueva de sus bendiciones. ¡Es España quien es bendecida, por amor a San Pedro y San Pablo!”

“Estimado Hugo. Disculpas por la demora en mi respuesta. He estado dedicado a mi familia durante estos días de parón por Semana Santa. Espero que hayas disfrutado mucho de estos días. Disculpas también si te parezco pesimista… pero después de 3 años intensos de sequía, creo que la evidencia de la realidad nos hace superar los tiempos pasados para ser resilientes y adaptarnos a lo que toca ahora, que es que caiga del cielo la mitad del agua a la que estábamos acostumbrados. ¡Y nos tenemos que adaptar a ello! (no queda otra) y esperar que no se reduzca más. Te comparto algunos datos después de los tres días de lluvia que hemos disfrutado, y mucho, esta semana pasada. En Manresa, que depende de las cuencas internas de los embalses de Barcelona, hemos llegado a un 11,68% de capacidad de embalse a día de hoy. Y eso es muy poco… pero hace un mes estábamos por debajo de 10%. Para que tengas una referencia, la media “normal” (la que marcan los últimos 10 años) debería ser del 70,91% (7 veces más de la que tenemos ahora). Como puedes ver, la situación es muy crítica, ya que deberemos afrontar el verano con unos valores seguramente por debajo del 10%, y con un riesgo de incendios forestales aterrador. Por eso te comentaba que necesitábamos 500 y han caído 50. ¡Que bienvenidos sean! Encima, para añadir más gravedad, los últimos días de temporal marítimo han destrozado la costa catalana, sobre todo la barcelonesa y del norte catalán, dejando a muchas localidades sin arena, arrancando árboles, destrozando infraestructuras y causando destrozos cuantiosos y costosos en paseos marítimos y poblaciones. Vivimos tiempos climáticamente complejos, muy delicados. Debemos sumar esfuerzos para adaptar nuestras costumbres a la nueva realidad. Deberemos cambiar nuestra manera de cultivar, gestionar los bosques, relacionarnos con el mar, los ríos, y un suma y sigue de políticas que hemos de incentivar, como la construcción de desaladoras, regadíos resilientes y canalizaciones más eficientes de acuíferos, controlando la contaminación por nitratos y muchos otros quebraderos de cabeza que nos afloran como retos que hemos de superar. Seguiré informándote de todo lo acaecido. Muchas gracias por tu preocupación y sensibilidad. Es de muy agradecer. Un abrazo muy fuerte.”

“Hola Luis de Góngora. Te responderé con la obra de teatro que representemos en Manresa. Pero es mejor contarte la historia completa. Por ahora te copio mi texto de mi muro de FB: 

Petrus Romanus

“Al mes de llegar a Sincelejo cesó la sequía que azotaba la sabana sucreña desde hacía un año. También anuncié el fin de la sequía en España a las autoridades meteorológicas, y solo mediante mis diálogos con Dios. La sequía cesó en toda España, excepto en Cataluña, región que el Señor mantiene en vilo hasta que corroboren lo que aquí escribo. Al igual que con El Niño, el Nevado del Ruiz y los temblores de Bucaramanga, en Colombia nadie ve sino causalidad entre mis mediaciones y las lluvias. Es comprensible que ya nadie crea en Profetas ungidos, y quienes se vean beneficiados sean como los leprosos que se dicen: "¿Por qué debemos agradecerle si Dios lo puso en nuestro camino para sanarnos?". Pero en una ciudad de España, nación que Dios eligió para impartir mi regreso (el del Señor en mí), esta semana se dijeron "Invitémoslo a vivir aquí", y me formularon una serie de preguntas teológicas de doble filo. "Contesta con una obra de teatro", me dice el Señor. Y me fue dictada la trama de "El Profeta que domó el cambio climático". La noche fue agitada, y soñé que protagonizaba la obra mística "El Príncipe Constante" (pieza sobre un Príncipe de Portugal que prefiere la tortura y la muerte a cometer una fechoría) de Calderón de la Barca, y que el mundo entero observaba mi cuerpo azotado, hambriento y demacrado, preguntándose qué tan lejos podía llegar atestando mi fe. Al final de la pieza elevaba mis ojos y mi cuerpo flotaba ante la vista de los más incrédulos. “

 

Las lluvias cubren a España en la Semana Santa de 2024

Las lluvias cayeron con mayor fuerza en Semana Santa de 2024, desmoronando los temores de Luis de Góngora y el fantasma de la sequía en toda España.

“Tal y como lo anuncié, llueve en España contra todos los pronósticos. Y continuará lloviendo, pues España ha confiado más en mis bendiciones que Colombia.

“Estimado Hugo. Muchas gracias una vez más. Aquí en Catalunya nos estamos preparando para un verano complicado. La sequía nos está dejando muy expuestos a incendios y crisis turística, ya que el gobierno prohíbe el llenado de piletas tanto públicas como privadas, a no ser que sean consideradas refugio climático. Las temperaturas que tenemos ya alcanzan las habituales en junio... Todo se está exagerando y los pantanos no suben del 15% de su capacidad. ¡Demasiado poco! La semana que viene visito tu tierra: ¡Colombia! Estaré compartiendo conocimientos en un congreso internacional de innovación y ciudades inteligentes en Montería. ¡Seguro que conseguiremos estrechar muchos esfuerzos para hacer frente a los grandes retos que nos acechan día a día. Un abrazo muy fuerte y, una vez más, muchas gracias por todo.”

“Hola Luis de Góngora. No estoy muy lejos de Montería. Vivo en Sincelejo, a apenas una hora en coche. Curiosamente acaba de llover de nuevo en toda Colombia, justo cuando el pueblo de Colombia se levanta contra el arrogante Petro. Si puedes venir a visitarnos, bienvenido.”

Profeta de Dios

“¡Hola Hugo! Ojalá estuviera en mis manos poder ayudarte. Mi cargo no abarca estas responsabilidades. Pero si veo la oportunidad te informaré lo antes posible. Buscaré tu libro. Un abrazo muy fuerte.”

“Hola Luis de Góngora. Tengo un MFA en cine de Temple University y realizo realizo documentales…  como el que abajo adjunto (en donde también consta que El Niño acabó en 1998 con mi llegada). ¿Qué tan factible es presentarte un proyecto para realizar un documental titulado "Lo que los catalanes creen del cambio climático"?”

“Estimado Hugo. Ya estoy de vuelta en Catalunya. Muy intensa la actividad en Montería. No pude desplazarme a más sitios que los pertinentes por el congreso. Estableceremos muchas sinergias con el Gobierno local de Córdoba que espero sean muy beneficiosas para la región. ¡Espero contribuir activamente a mejorar el bienestar de Colombia! Muy interesante el vídeo que me has enviado. Felicidades. Si identifico alguna oportunidad en la que puedas sumar te la haré saber lo antes posible. ¡No lo dudes! Un abrazo muy fuerte. Luis.”

“Hola Luis de Góngora, llegaste justo cuando volvían las lluvias que había anunciado para la sabana, mi nuevo sitio de residencia desde marzo de este año. Qué pena que no te hayas desplazado o puesto en contacto. Quedo atento a los trabajos que podamos hacer. Ayer supe que hay un detective que está investigando todo sobre mi vida, y lo que ha descubierto es, además de todas las bendiciones que Dios me ha otorgado, honestidad, estudio, escritura y un inmenso amor hacia la humanidad entera. Seguimos en contacto.”

“Estimado Hugo. Impresionante currículum. Felicidades por tu trayectoria. Es impresionante. Si identifico alguna oportunidad donde puedas encajar no dudes que te informaré. ¡Felicidades también por tu nuevo trabajo! Espero que coseches muchos éxitos. ¿Hay un detective que investiga sobre tu vida? ¿No será suizo? Últimamente he detectado también alguna actividad extraña en este sentido. Seguimos en contacto. Un abrazo muy fuerte.

"Gracias Luis de Góngora. Y hay motivos de celebración; el Creador me anunció hace apenas un mes, y yo a ti, que sería conocido por la lluvia, y ambas han llegado a la sabana que visitaste en Colombia y a Cataluña. Reconocerás lo que te escribí: que bastaba la fe de un solo hombre para conmover al universo. El detective resultó ser brasileño; me han escrito ofreciéndome un trabajo allí; ya veremos de qué se trata. Lo cierto es que ya se avecinan bendiciones mayores. Un gran abrazo.” Una pregunta planea sobre este artículo: si Dios puede escuchar la Palabra de su Profeta, ¿por qué vemos inundaciones y destrucción en Colombia y España? El debate fue planteado por Voltaire y Rousseau en el siglo XVIII, pero aquí responderé brevemente: mientras haya injusticia y mentira en el mundo, las calamidades sucederán. Pero, ¿morir no es una calamidad en sí misma? Bueno, Dios no distingue entre los vivos y los muertos, pues todos somos eternos. Todos los animales lo saben, y por eso aceptan pacíficamente su fin.

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