La Balada de Don Flavio, desfalcado por Allianz
Esta es la balada de Don Flavio,
que en su palabra siempre confiaba.
Creyó en seguros y en su promesa,
mas hoy su historia nos da certeza.
Corrían los años de los noventa,
y a sus cincuenta, con gran conciencia,
un vendedor llegó a su puerta,
ofreciéndole un gran esquema.
Colseguros era la empresa entonces,
y aseguraba con voz sincera
que si a los ochenta él llegaba,
una suma le esperaba:
Mil trescientos cincuenta millones,
que en dólares son trescientos treinta mil.
Con tres cheques pagó la póliza,
y su retiro dejó a su custodia.
Oh, Don Flavio, te engañaron,
con promesas te estafaron.
Sacos finos, gran descaro,
con tu lucha has despertado.
Colseguros fue vendida a Allianz,
empresa alemana de gran prestancia,
que aseguraba asumir deudas,
pactos y garantías con gran fiereza.
“Tanto mejor”, le dijo a su esposa,
“es una firma de gran confianza.”
Mas al pedir su justa pensión,
le respondieron con vil traición:
“Solo dos millones te daremos,
pues nuestras ganancias han sido menos.”
Aquel engaño, vil y rastrero,
le hizo buscar un abogado experto.
Juan Pérez fue el letrado escogido,
y ante la Superintendencia demandaron.
Tras largo año de dura batalla,
seis millones fue lo otorgado.
Flavio en su alma se vio indignado,
pues Allianz tenía amigos bien ubicados
dentro de aquella institución
que dizque cuida del consumidor.
El fallo era un juego pactado,
y en audiencia virtual se hallaba.
Don Flavio al Tribunal dijo que apelaba,
mas su abogado, de forma extraña,
decidió irse cuando ya apelaban,
dejó la causa y se esfumó.
Por ley, dijo el sospechoso abogado,
él debía presentar la acción.
Lo hizo y luego desapareció,
y Don Flavio contrató otro letrado.
El año nuevo ya transcurría,
y un nuevo abogado lo asistía.
Mas el Tribunal en su respuesta
dijo que el caso no procedía:
“Tu apelación no es admitida,
pues el abogado que la puso se ha ido.
Su error fue pedirle a él que la hiciera.”
Y como el plazo ya había pasado,
todo el derecho fue anulado.
La justicia se tornó un negocio,
y el tribunal cerró los ojos.
Las leyes son juego de ladrones,
con tratos sucios y corrupciones.
Don Flavio presentó tutela,
mas la negaron, y dos años más le sumaron.
Ya no era un hombre de ochenta justos,
la ley lo hallaba sin sus recursos.
Hoy Allianz ni un peso entrega,
ni lo pactado, ni la promesa.
Ni seis millones, ni su consuelo,
tan solo sombras y puro hielo.
Oh, Don Flavio, te engañaron,
con promesas te estafaron.
Sacos finos, gran descaro,
con tu lucha has despertado.
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