El Poder de lo Sagrado, introducción a "Rey de Reyes, el regreso de Jesús Resucitado"

I

Las universidades defienden tedios,

y afirman que creer en Dios no es ético,

mas en los libros inflados por los medios,

nadie abarca el género profético.

Unamuno afirmaba entre tanto ocio

el ateísmo es la moda de esta era,

mas la superstición es la fe del codicioso,

de quien en la astrología persevera.

Buñuel a sus amigos desafió,

ateos de de la fe del desconcierto:

"¡Salgan y maldigan a Dios, si el brío

contra el creyente es vuestro sentimiento!"

Mas nadie gritó al cielo con sorna

pues hasta las piedras su nombre veneran,

bondad, amor y verdad son la antorcha

que en la diosa Fortuna los romanos vieran

Bendecir o maldecir son privilegio

que el Universo a elegidos entregan

profetas que sin sortilegio,

las tempestades y plagas sosiegan

"Rey de Reyes" mi obra encarna hoy,

ungido por la Santísima Trinidad

Maestro del tiempo y los elementos soy,

tras siglos de soportada iniquidad

Ingenuo fui creyendo en la quietud,

que Dios deseaba para un profeta en su retiro,

apartado del mundo y su inquietud,

pluma ignorada en el estío.

Soy escritor, soy actor y en verdad,

protegido por el Señor con su manos,

para expresar de su Padre su voluntad,

en mis obras hallaréis todos sus arcanos

El cielo y el infierno en su fulgor,

unen poderes cuando el hombre obra,

mas quien perdona tiene su favor,

como quien la piedad con sangre implora.

No son rivales de eterno rencor,

dirán los fanáticos en su ceguera,

mas en Job Lucifer tuvo el honor,

de ser hijo del cielo en su bandera.

Blake habló de bodas sagradas,

del cielo con el fuego en su destino,

y Swedenborg con luces reveladas,

dijo: "Al morir elegimos el camino."

Ángeles o demonios escoged,

libres del yugo de un temor asesino

"Confesiones de Difuntos " leed,

hallaréis allí vuestro resucitado destino.

II

¿Cómo más reaccionar cuando el Señor

se manifiesta en todo su esplendor?

¿Cuándo el aroma fue dulce a mi favor,

y las palomas simbolizaron su amor?

Una escalera de nubes hallé,

que desde mi ventana se extendía,

me ungía con su lumbre y me entregué

a donde su verbo eterno florecía.

Hindúes dudaron, mas yo vi el fuego,

y un libro me dejaron en la senda,

mas yo sentí la voz que sin sosiego,

decía: "Las dolencias son ofrenda."

El hombre que en la cueva descubrió,

el fuego como un arte misterioso,

las fieras con temor lo contempló,

y en la noche lo hallaron portentoso.

Su hijo con las antorchas contempló,

que fuera de la cueva eran aurora,

y que la sombra nunca se impuso,

donde la luz del hombre se atesora.

Estos poemas son antorchas y miel,

que en lo sagrado su fulgor enciende,

quien ama y obra contra el saber cruel,

en la ontología su piedad extiende.

Jung dijo que el pensar es un portal,

que se abre a las mentes escogidas,

y Schopenhauer en su afán mortal,

envidió las palabras florecidas.

La sociedad de Dios es la que creo

de bardos y poetas transparentes

y maldigo al político o fariseo

que por ambición lastimó inocentes 

Por siglos el teatro con su voz,

ha sido llama en luces inmortales,

como Swedenborg, Mahoma y su altavoz,

como David son estos versos celestiales.

Y es que Dios es y ha sido mi primor,

por quien la realidad es solo un velo,

que fiel a sus preceptos  me ha entregado con amor,

mi labor es revelar su templo en este cielo.

Terminado antes de los portentos

en Colombia marzo diecinueve

durante los años más turbulentos

pluma que el Espíritu Santo eleve